Desde el año 2012 lleva Barbillón repartiendo buenos momentos en torno a una mesa con un concepto que empezó con el apellido Oyster bar, pero que es mucho más que ostras, que están deliciosas dicho sea de paso. Los hermanos Kiko y Curro Sánchez del Amo, forjados en el negocio familiar hostelero, abrieron Barbillón en el barrio de Valdemarín, a 10 minutos de Moncloa por la A-6.
¿Su secreto?, sencillo en apariencia: una cocina sencilla y rica que ha ido evolucionando, con un trato familiar y personalizado, buen ambiente animado con música y una exquisita decoración.
Según Curro, Barbillón triunfa por adaptarse a los tiempos de ahora, pero mantener intacta el alma de un bar de toda la vida "donde conoces al dueño por su nombre y su apellido". Y no es que se les haya subido el éxito a la cabeza o que vayan de sobrados, es que Barbillón está lleno todos los días a todas horas, por lo que recomiendo reservar para evitar sorpresas.
Tienen además una cocina ininterrumpida que comienza con desayunos, continúa con brunch, sigue con aperitivos y comidas, ofrece meriendas y termina con cenas y copas animadas con dj en directo los fines de semana.
Eduardo Maine es su chef ejecutivo y encargado de moldear la carta desde conceptos clásicos a elaboraciones más modernas pero siempre para el gusto de todos los paladares. Con una apuesta decidida por el producto de calidad y su cada vez mayor trato en las brasas.
Pensado para compartir, un imprescindible es su ensaladilla rusa (M 8€ / E 12€) con la receta de la madre de los hermanos Sánchez del Amo y continuar con uno de los bocados más emblemáticos y que personalmente pido siempre que voy. Se trata del saam de colitas de gamba en tempura japonesa (16,50€) servidos sobre una hoja de lechuga y coronados con mayonesa de chipotle que le aporta un ligero toque picante.
Novedades en carta
Como decía, la carta es apta para todos los gustos y en ella te encuentras desde croquetas caseras a chipironcitos a la andaluza con huevo, un taco mexicano de pulpo frito o burrata rellena de atún rojo con aliño japo, o novedades como los rigatoni con salsa Café de París y nube de queso pecorino, el canelón de solomillo con bechamel trufada o el aguacate relleno de tartar de bonito, pero también una chuleta de vaca vieja a la brasa o un rapito a la bilbaína.
Y más novedades que probamos, como un buen hot dog de sepia al ajillo (14€) que también se puede partir y compartir o el espectacular niguiri frito de steak tartar con huevo de codorniz (17€), para comerlo con las manos de un bocado.
El espacio que ocupa Barbillón en la Avenida de Valdemarín, 165-169, ha 'sufrido' tres ampliaciones desde su nacimiento al ir adquiriendo locales adyacentes y contar con una agradabilísima terraza que es lo primero que se llena, una amplia barra con zona de mesas altas y otros dos espacios para mesas bajas, algunas de ellas con cómodos sofás semicirculares.
Así que envueltos en un agradable ambiente, con música de fondo y gente guapa, continuamos probando unos espectaculares carabineros con patatas y huevos fritos (32€) que te los presentan en la mesa y terminan de preparar a tu lado en una supletoria. Yo podría vivir a base de este plato. Y original el pollo finísimo César (25€), empanado, con la salsa típica de la ensalada por encima, lechuga y parmesano rallado.
En esta casa también se bebe bien, además de la cerveza perfectamente tirada cuentan con unas 60 referencias de vinos entre las que predominan los clásicos y el champán. Una oferta líquida que marida a la perfección y que ayudará a terminar con los deliciosos postres que tienen como la mítica tarta árabe (8€) o la buenísima tarta de tres chocolates (8€). Para sus incondicionales también tienen la tarta de queso horneada (10€).
Si quieres comer bien en un ambiente informal y muy animado no dudes en reservar en Barbillón ya sea con amigos, con tu familia o con tu pareja o esa primera cita que quieres que sea especial. El éxito lo tienes asegurado con un ticket medio de 45€. Además, la carta está adaptada a intolerancias y tienen servicio de aparcacoches.
10 años de trabajado éxito
Coincidiendo con el décimo aniversario de la apertura de Barbillón y tras continuar con el mismo éxito en sus otros restaurantes de Tinglado, en Boadilla del Monte; Panorama, en Majadahonda; Bistró 1948, el espacio para eventos puerta con puerta de Barbillón; y de Manto, en el Campo de las Naciones; han decidido cumplir uno de sus sueños y salir de la Comunidad de Madrid con destino a Andalucía.
En concreto, será Marbella la afortunada en contar con un beach bar restaurante muy cerca de la milla de oro, en la Urbanización Guadalmina Baja. Allí, también se disfrutará de su cocina ininterrumpida con las novedades en carta que aporte la cercanía al Mediterráneo, ambiente durante el día y música durante la tarde noche con actuaciones de dj y música en directo los fines de semana. Un espacio de 4.000 m2 en la que la piscina y las hamacas ocuparán su privilegiado lugar.
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