En junio de este año, Rocacho abrió su segundo restaurante en Madrid, esta vez en el número 9 de la Plaza del Marqués de Salamanca para darle una nueva versión a su casa madre pero manteniendo la esencia de un producto de extraordinaria calidad, una exquisita atención en sala y con una nueva zona que es perfecta para el picoteo.
Cobra tanta importancia esta nueva zona de mesas altas y barra que hasta tiene carta propia adaptada al aperitivo que tanto gusta en nuestro país, en la que también te encontrarás con algunos de los platos estrella de la casa y siempre manteniendo el alto nivel de su producto, sin olvidar esas sobremesas que se alargan en el tiempo. Además, cuenta con la novedad de una amplia variedad de vinos por copas.
Carlos Lucas, como dueño del local, y Jairo Soria, al frente de los fogones, te traen esta emblemática plaza de Madrid una de las mejores brasas de la capital y el sabor tradicional del campo, de la cocina de toda la vida, esa hecha con paciencia y mucho cariño. Y si encima le añadimos su excelsa materia prima, estamos hablando de un templo del producto. Como lo comprobamos desde el aperitivo que nos sirve Carlos de una espectacular cecina de buey (M 18€ / E 30€) Premium Selección José Gordón, carne de la afamada finca de El Capricho de Jiménez de Jamuz (León). También muy bueno el otro aperitivo de guiso de garbanzos que sirve para entrar en calor y preparar el estómago para lo que viene a continuación.
Fuera de carta sale una estupenda anchoa del Cantábrico sobre pan y mantequilla cortada con cuchillo para no alterar demasiado el sabor y la textura de la mantequilla al ser manipulada. Relleno de sabor llega un increíble bombón de txangurro (5,50€ unidad), que te lo tienes que meter entero en la boca para que el panipuri cruja y desprenda todo el relleno del preparado de centollo que llenará tu paladar de sabor a mar. Además, el plato te lo terminan en la mesa con el hielo seco que desprende ese humo tan visual.
En este nuevo espacio, diseñado por el estudio de interiorismo Cuarto Interior, ofrece distintos ambientes para todos los gustos y para todas las situaciones. Además de tres terrazas, dos abiertas y una cerrada, nada más entrar te encuentras con su imponente barra y la zona informal con mesas altas. A la izquierda está la sala, perfecta para esas comidas tranquilas y para disfrutar de lo que sale de la cocina y de las brasas tan bien controladas por Jairo.
En esta primera visita optamos por el comedor, sentados en una mesa vestida con mantel blanco y servilletas de tela, donde seguimos disfrutando de unas fantásticas gyozas que nos sacan también fuera de carta, una rellena de boloñesa de vaca madurada con velo de cecina y la otra de rabo de buey.
Arroces y carne de El Capricho
Pero si hay dos cosas que han hecho más famoso si cabe a Rocacho son sus arroces y el nivel de la parrilla que adquiere con una carne de primerísima calidad como la selección de carnes de El Capricho. Porque Rocacho es eso, además del emblema del restaurante, es el sentimiento de la piedra, de lo que es un asador de toda la vida. Y no hay que menospreciar a los pescados que se sirven en esta casa, la mayoría de ellos también pasados por las brasas de encina. De ahí saldrán las angulas, que también se ofrecen a la bilbaína, el rodaballo salvaje, la merluza, el pitxín con salsa Rocacho o el bacalao con ajo negro. Y se completa con sugerencias como el atún rojo, ya sea en lomos a la brasa o en tartar con mayonesa de wasabi y algas wakame.
Y también son imprescindibles sus arroces, tan difíciles de encontrar en Madrid. Para un mínimo de dos personas, se ofrece paella del señoret, con gamba y langostino pelados; de cigalas y alcachofas; o de verduras de temporada con pollo campero; arroz con carabineros; arroz negro con sepia y alioli; y dos fideuás, una con tinta de calamar y carpaccio de gamba roja y otra de marisco. Nos decantamos por la paella del señoret (25€ por persona), con el punto del arroz perfecto y muy buen sabor.
La carta líquida es amplia y con numerosas referencias nacionales e internacionales, además de espumosos y destilados de gran nivel. Nosotros acompañamos la comida con un tinto de Cepa Gavilán (5€ copa), elaborado por la Bodega Viña Pedrosa y con DO Ribera del Duero. Un líquido perfecto para dar la bienvenida a la joya de la corona, la Selección de Carnes de El Capricho. Para dos elegimos una espectacular chuleta de vaca (75€ / kilo), con 40 días de maduración. Te la presentan en la mesa antes de pasar por la parrilla para que veas esa perfecta infiltracion de grasa. El punto de la carne poco hecho hace que se aprecie más aún ese sabor combinado con las brasas de madera de encina. Además, la acompañamos por unas maravillosas patatas fritas (6€) y unos muy buenos pimientos de piquillo de Navarra (9€).
Como punto final, un rico tiramisú que se prepara íntegramente en la mesa. En la base pone el bizcocho Pavesini mojado ligeramente con café descafeinado para que no amargue y un poquito de vino dulce Marsala. A continuación, el queso mascarpone elaborado por ellos mismos y otra capa de bizcocho, con el café, el Marsala y más mascarpone. Termina con el cacao y listo para degustar.
Destildos premium
Las sobremesas también estarán acompañadas de las primeras marcas de destilados para ofrecer una experiencia premium completa. En línea con su vocación de espacio de máximo hedonismo culinario, el restaurante cuenta con una selección de los diez licores más exclusivos del mercado, que se ofrecen tanto por botellas como en vaso tipo old fashioned y en formato shot.
Se trata de una oportunidad única de disfrutar de bebidas que, por su elevado coste, no suelen ofrecerse por copas: el precio de las botellas oscila entre los 250€ y los 950€, el de las copas entre 40€ y 160€ y el de los chupitos entre 20€ y 80€. La selección incluye whiskies, rones y tequilas de la talla de John Walker & Sons Private Collection Midnight Blend de 28 años –una edición limitada de 3.888 botellas–, Mortlach 12 años, The Macallan Rare Cask, Havana Club Cohiba Atmosphere o Don Julio 1942. Pero también tienes la opción de tomarte un destilado normal e incluso combinarlo con el refresco que quieras.
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