
En el corazón de Europa y de la Unión Europea se encuentra Bélgica, un país que sorprende con ciudades vibrantes que combinan historia, arte y modernidad a la perfección. En esta ocasión exploramos dos de sus tesoros urbanos más opuestos: Bruselas, la cosmopolita capital con su Grand Place, deliciosos chocolates y rincones llenos de vida; y Gante, una joya medieval donde el pasado se entrelaza con la vida moderna. A través de sus calles, castillos, y canales estos destinos se convierten en una escapada ideal, de dos o tres días, para familias y viajeros curiosos en busca de cultura, gastronomía y muchas postales de cuento.
Bruselas es una ciudad llena de sorpresas para los más pequeños. Desde plazas que parecen de película, hasta museos donde los juguetes, el chocolate y los cómics son los protagonistas. Aunque su papel burocrático como capital de la Unión Europea la pueda convertir en una ciudad aburrida, en realidad es también un destino lleno de diversión para toda la familia. Estos son algunos de los puntos de la ciudad que merecen la pena ser visitados con los más pequeños.
La Grand- Place
Las casas gremiales y palacios que rodean la plaza tienen detalles dorados, escudos de armas y muchos detalles con los que se podría dedicar un día entero a estudiar. Es posiblemente la plaza más bonita del mundo que además, este año ha vivido uno de los momentos más esperados con el festival de las flores que cubre con una alfombra de miles de flores la plaza durante tres días, un evento que congrega a miles de personas para admirar una estampa única y efímera.
Museo del Juguete
En este museo es posible ver juguetes de todas las épocas, desde muñecas antiguas hasta trenes de madera que parecen haber salido de las aventuras de los abuelos. Este museo es como un cofre lleno de tesoros y transporta a un mundo donde la imaginación no tiene fin. El Museo del Juguete está en una antigua mansión que data de principios del siglo XX y cuenta con 1.000 metros cuadrados que son el hogar de más de 25.000 juguetes.
Museo del Chocolate
En Bruselas y en toda Bélgica, el chocolate es tan famoso que tiene su propio museo: el Museo del Chocolate (o Choco-Story Brussels). En él no solo es posible aprender cómo se hace el chocolate desde los granos de cacao, ¡sino que también podrás probarlo! Los expertos chocolateros hacen demostraciones y muestran cómo se elaboran los bombones y las tabletas más deliciosas. También explican por qué el chocolate belga es tan famoso.

Museo del Cómic
Tintín, los Pitufos o Lucky Luke, Todos ellos nacieron en Bélgica, y en el museo del cómic será fácil descubrir sus increíbles historias. Este museo está lleno de tiras cómicas, figuras gigantes y dibujos que harán sentir a los más pequeños como si estuvieran dentro de una historieta.
Manneken Pis
Es una de las estatuas más famosas de Bruselas, parada obligatoria para cualquiera que visite la ciudad, y aunque es muy pequeña, todo el mundo la conoce. Lo más curioso es que, en ocasiones especiales, lo visten con diferentes trajes. Tiene más de 900 disfraces, así que nunca sabes qué atuendo llevará.
Parque del Cincuentenario
Finalmente, después de disfrutar aprendiendo por las calles del centro histórico de Bruselas toca descansar y pasear con tranquilidad un rato por el hermoso Parque del Cincuentenario. Este parque es enorme, con fuentes, jardines y un arco enorme que parece una puerta a otro mundo. Es posible subir a lo alto del arco para tener una panorámica de la ciudad. También es perfecto para hacer un picnic y jugar. Además tiene un extra para los aficionados a la historia militar o los aviones ya que aquí se encuentra otro museo interesante como el Museo del Ejército.
Como parte del camino, aunque también pueden ser un destino en sí mismas, las galerías Reales Saint Hubert son un lugar perfecto para recorrer en un viaje a Bruselas. Su arquitectura y la luminosidad de su interior harán de un paseo visitando sus diferentes comercios algo muy agradable.

Gante, el casco antiguo mejor conservado de Europa
Gante, es la joya medieval de Bélgica y su ciudad histórica mejor conservada. Es un destino perfecto para una escapada en familia de al menos dos días para poder experimentar y disfrutar sus monumentos bajo otro punto de vista. Todo cambia en esta ciudad de noche, pasa a ser absolutamente mágica al atardecer, cuando se mezcla la hora azul y los focos sobre sus calles principales.
Con sus castillos, iglesias centenarias, paseos en barco y rincones llenos de historia, esta ciudad tiene mucho que ofrecer también a los más pequeños. ¿Qué disfrutar en dos días inolvidables en Gante con niños, descubriendo todos sus encantos? Estos son sus principales lugares de visita obligada:
El Castillo de los Condes
Comenzamos la aventura en el impresionante Castillo de los Condes (Gravensteen), una fortaleza enorme y gruesa, que parece sacada de un cuento de caballeros y dragones. Los niños se emocionarán al caminar por sus pasillos y su patio de armas o poder subir a las torres para contemplar la vista de la ciudad. Además, la visita incluye una audioguía pensada para toda la familia, que convierte la experiencia en una aventura interactiva y divertida, llena de relatos con las que aprender la historia del castillo y la ciudad. Además tiene un premio final para los más jóvenes.

La Iglesia de San Nicolás
A pocos pasos del castillo se encuentra la majestuosa iglesia de San Nicolás, una de las más antiguas de Gante. Con su estilo gótico deslumbrante, sus grandes vidrieras y su torre, es un lugar que invita a los niños a imaginar cómo era la vida en la época medieval de esta ciudad que tuvo una importancia enorme en el medievo.
El Campanario del Belfort
Justo al lado de la Iglesia de San Nicolás se encuentra el famoso campanario de Gante (Belfort), Patrimonio de la Humanidad y muy merecido. Visible desde cualquier punto del casco antiguo, esta mole de piedra está abierta al público y para los más pequeños, dispone de una "Little Guide", una guía especialmente diseñada para no aburrirse, que convierte la visita en una búsqueda del tesoro. A medida que suben por las escaleras, se aprende mucho sobre la historia del campanario, las campanas y las leyendas locales. Desde lo alto, las vistas de la ciudad son espectaculares, posiblemente las mejores de la ciudad. Merece mucho la pena.
La Catedral de San Bavón y el Cordero Místico
Nuestra siguiente parada es la impresionante Catedral de San Bavón, hogar de uno de los tesoros artísticos más famosos del mundo: La Adoración del Cordero Místico, de los hermanos Van Eyck. Aunque esta obra de arte pueda parecer más para adultos, la Catedral ofrece actividades interactivas para niños, así como juegos para encontrar detalles escondidos en el retablo. Además, las criptas y el campanario permiten explorar rincones misteriosos para completar la visita a este templo de Gante.

Los antiguos muelles de Graslei y Korenlei
Comenzamos el segundo día en los muelles de Graslei y Korenlei, el corazón comercial de la antigua Gante. Con sus casas gremiales alineadas en cada orilla del canal, este es el lugar perfecto para pasear y disfrutar de la arquitectura mejor conservada de todo Flandes. Los barcos turísticos salen cada poco tiempo para recorrer los lugares más emblemáticos como puentes históricos y antiguos edificios que tuvieron mucha importancia comercial en su época. A bordo, los guías suelen contar anécdotas y leyendas que hacen la travesía aún más interesante para los niños.
Werregarenstraat: La Calle del Arte Urbano
Esta calle es famosa por sus murales de grafiti, que cambian casi a diario, por lo que siempre hay algo nuevo que descubrir gracias a los artistas locales que dejan plasmadas sus obras en las paredes.

La Casa de Alijn
El museo Casa de Alijn es un lugar único para visitar en familia. Se centra en la vida cotidiana de los ciudadanos de Gante a lo largo de los siglos, mostrando cómo era la vida en casa, en la escuela y en el trabajo. A los niños les encantará ver los objetos antiguos, como juguetes y utensilios, y compararlos con lo que usan hoy en día. Además, el museo organiza actividades interactivas y talleres para todos los públicos.
Patatas fritas, mejillones y chocolate
Para reponer fuerzas y sobre todo para probar uno de los platos más típicos, Frituur Tartaar es famoso por sus papas fritas y la cantidad de sus menús.


