Empezó como una pequeña churrería en Ferrol en los años 30, fundada por Salvador Bonilla, hoy se ha transformado en una marca de renombre mundial. Bonilla a la Vista, con sede en La Coruña, ha conquistado mercados en 23 países, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido y Japón. La compañía, ahora dirigida por Fernando Bonilla, nieto del fundador, sigue elaborando sus productos con ingredientes y métodos artesanales, usando aceite de oliva y patatas seleccionadas.
Patatas fritas españolas, favoritas de celebridades
Bonilla a la Vista ha ganado recientemente una gran visibilidad internacional: el diario británico The Times ha seleccionado sus patatas fritas como una de las diez mejores del mundo, y la célebre presentadora estadounidense Oprah Winfrey las ha incluido en su lista de alimentos favoritos. Fernando Bonilla afirma que el secreto del éxito de sus patatas está en su corte fino, el sabor suave del aceite y el empaquetado especial, que garantiza su frescura hasta ocho meses.
Crecimiento internacional y producción constante
Para satisfacer la creciente demanda, la empresa ha intensificado su producción y actualmente fríe hasta 2.500 kilos de patatas fritas al día. Las patatas Bonilla a la Vista representan no solo una tradición gallega que se ha mantenido viva, sino también un éxito en exportaciones, que representan el 15 % de la facturación anual de la compañía.
Un legado familiar de sabor y calidad
La historia de Bonilla a la Vista tiene sus raíces en el esfuerzo y dedicación de una familia gallega. Salvador Bonilla, el fundador, inició el negocio tras dejar la Marina, donde había servido como cabo. Su hijo César continuó la tradición, mejorando el negocio y construyendo una fábrica. Ahora, en manos de Fernando, la tercera generación, la empresa sigue con la misma ilusión y compromiso, preservando la calidad que les ha ganado un lugar en el mercado global y en el gusto de personalidades de renombre.