
El chef Javi Sánchez abre su segundo restaurante con las brasas como protagonistas y en un enclave cuanto menos particular. Conocido por su espíritu rebelde en la cocina y con una reputada trayectoria en La Posada del Nuncio, lanza en el madrileño municipio de Alcobendas Impass Gastrobar, su proyecto gastronómico más informal.
Una carta amplia y atrevida que hace las delicias de todos los comensales. Además cuenta con un menú del día, de lunes a viernes, de lo más sugerente por el competitivo precio de 13,5€. En él te encuentras platos de temporada, una amplia variedad de preparaciones con lo mejor que nos da la huerta como el tartar de tomate o el brócoli con mejillones y salsa de naranaj, espaguetis de calabacín o puerros con romesco, un poke de salmón para los más healthys, pastas o su rico salmorejo y unos segundos platos que solo con leerlos ya apetecen. Desde un cachopo, a un codillo al horno, pasando por un cochinillo a baja temperatura, cordero confitado con cuscús o tartar de atún con trufa, dorada al horno, atún encebollado o bacalao con pimientos. Sin olvidar su guiño a la cocina americana con hamburguesas y perritos con toques de autor.
La ubicación exacta de Impass es Calle de San Rafael, 2, pero lo encontrarás mejor si te digo que está ubicado en un lateral del parking del Makro de Alcobendas por lo que el aparcamiento gratuito y fácil lo tienes asegurado. Una cosas menos de la que preocuparte ni que sirva de excusa para no acercarte a deleitarte con la cocina de Javi Sánchez.
La decoración es sencilla y funcional con toques gamberros de neón que le dan su punto, como el tomate con su nombre o su emoji con la barba y la gorra tan característica de este genial chef.
Sentados en la mesa, probamos platos del menú del día y de la carta, una combinación que nos sirve para conocer su oferta gastronómica y su destreza en los fogones. No te asustes si pides los torreznos porque el tamaño son XXL y creo que me quedo corto, así que son perfectos para compartir. Con el sabor de la brasa, con la corteza crujiente y tiernos por dentro.
Del menú aparecen unos frescos y sabrosos espaguetis de calabacín sobre una cama de gulas y coronado con un tomate a la brasa, viva el tomate a la brasa. El salpicón de marisco tiene unas buenas gambas y sirve a la perfección para desengrasar. Igual que su delicioso salmorejo, perfecto para esta época del año y que llega con una rodajita de aguacate.
Más contundentes son los nachos Impass, también generosos, con queso, carne, guacamole y unos jalapeños elaborados por el propio chef que son una maravilla. Pero el al alma de Impass Gastrobar son, como te había dicho al principio, sus brasas. De ellas salen espectaculares cortes de carne que tienen expuestos en una cámara de maduración y que los acompañan de ensaladas o patatas fritas o asadas, para el gusto del cliente. En nuestro caso nos tomamos un muy buen lomo de vaca gallega. El único pero es que no nos preguntaron el punto de la carne y para quien le gusta muy poco hecha llegó un punto más de lo deseado. Aún así, el sabor era fantástico.
Para terminar, tienes que dejar hueco para sus postres caseros como el flan de queso que no deja indiferente a nadie. La bodega no es muy amplia pero sí que cuenta con referencias de las mejores DO y con el precio perfecto para que no se te disparé la cuenta más de lo deseado.
Además de las mesas del comedor cuenta con una estupenda terraza en la que disfrutar del menú y de la carta al aire libre. Brasas, sabor, un estupendo servicio comandado por Almudena, mujer del chef, y un buen ambiente para que disfrutes de una muy buena cocina en un sitio peculiar con un ticket medio de 30€.
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