La cerveza ha dejado de ser únicamente una bebida para convertirse en un ingrediente cada vez más habitual en la cocina española, tanto en platos tradicionales como en postres. Así lo ha explicado el director general de Cerveceros de España, Jacobo Olalla, con motivo del Día Internacional de la Cerveza, celebrado el 1 de agosto, quien ha resaltado que el uso culinario de esta bebida sigue en aumento.
Según Olalla, la cerveza es "la gran desconocida" dentro de la gastronomía española, a pesar de que ya forma parte de preparaciones populares como el pollo a la cerveza y empieza a utilizarse también en recetas dulces, como el helado de cerveza o incluso el chocolate con cerveza negra. En estos casos, el lúpulo aporta un amargor característico que resulta sorprendente.
El directivo ha señalado que esta tendencia ya está asentada en otros países europeos, como Bélgica o el norte de Francia, donde incluso se elaboran productos como los "espárragos de lúpulo", considerados una auténtica delicatessen.
Pese a su creciente uso en la cocina, la cerveza no ha logrado consolidarse en el terreno de la coctelería en España, más allá de combinaciones como la tradicional "clara" con limón. En contraste, en países como México es habitual su mezcla con otras bebidas alcohólicas.
Producción y consumo en España
España se mantiene como el segundo productor de cerveza de Europa, solo por detrás de Alemania. Sin embargo, el consumo per cápita en 2024 fue de 52,8 litros por persona, una cifra inferior a la media europea, según el último Informe Socioeconómico del Sector de la Cerveza.
A pesar de una ligera caída en el consumo general, el informe destaca un crecimiento del 4% en el consumo de cerveza sin alcohol, un segmento en el que España lidera tanto la producción como la ingesta a nivel mundial.
Esta categoría representa ya el 14% del total de cerveza comercializada en el país, con una amplia oferta que incluye variedades tostadas, sin gluten, sin filtrar e incluso en formato de barril para restauración.
Consumo social y papel económico
La cerveza continúa siendo una bebida fuertemente asociada a momentos sociales. Según los datos del informe, el 81% de los españoles la consume en compañía de familiares o amigos, principalmente durante el aperitivo o el tapeo. Además, el 41,5% de las ocasiones de consumo se producen fuera del hogar.
Este patrón de consumo tiene un impacto directo en la hostelería, especialmente en los bares pequeños y familiares, muchos de ellos ubicados en zonas rurales. Según el informe, entre el 25 y el 40% de los ingresos netos de estos establecimientos proceden de la venta de cerveza.
Olalla ha destacado que este binomio entre cerveza y tapa o pincho actúa como un motor económico fundamental para el sector hostelero, en especial en la conocida como España vaciada.