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¿Qué hacer para no engordar de más en Navidad?

La Navidad es motivo de grandes comidas, esto implica normalmente subir de peso, pero no tiene por qué. Con estos consejos mantendrás el peso a raya.

La Navidad es motivo de grandes comidas, esto implica normalmente subir de peso, pero no tiene por qué. Con estos consejos mantendrás el peso a raya.
Decoración navideña para celebrar una comida en familia. | Pixabay/CC/kaboompics

Ya está aquí la Navidad, ese momento de reuniones familiares y con amigos, de celebrar, compartir y sobre todo comer. Además de lo bonito, estas fiestas conllevan una carga emocional grande y hay que ser cuidadosos en que no se traduzcan en ansiedad por la comida, atracones de dulces o exceso de alcohol.

De hecho, la Navidad es quizá la época del año más complicada para mantener nuestro peso de antes de las comilonas. ¿Por qué? Porque se concentran muchas comidas o cenas, con amigos, familia y la gente del trabajo y es complicado no pasarse de la raya. El principal problema de las comidas navideñas es que son copiosas y muy variadas (varios entrantes, platos y postres). Además, cada vez se empieza a celebrar antes y los excesos llegan antes, claro.

Si que es cierto que los platos típicos de Navidad no suelen ser muy calóricos, ya que se basan en carne o pescado, pero los aperitivos y las bebidas alcohólicas son nuestro peor enemigo. Sin olvidarnos nunca de los dulces navideños como los turrones, polvorones... repletos de azúcar y demás ingredientes insanos.

Algunos estudios indican que durante este breve periodo de tiempo se pueden engordar hasta cinco kilos aunque, como norma general, lo común es engordar entre dos y cuatro kilos. Por supuesto, nadie debe renunciar a las comidas familiares y los dulces típicos de Navidad. Sin embargo, todos debemos tener en cuenta algunas claves para que estas celebraciones no nos pasen factura a nivel físico ni emocional. Ya desde antes de la llegada de las fechas clave podemos empezar a hacer cosas, en Libertad Digital te contamos algunas de ellas.

Antes de la Navidad

Mantener una alimentación saludable. Es importante tener en cuenta que los días en los que no haya celebraciones no se debe comer en exceso ni alimentos cargados de azúcar. Hay que continuar con la dieta normal, la del resto del año.

Comer verdura extra los días previos. Verduras como las alcachofas, los espárragos, el puerro, la cebolla, el apio… y frutas como la piña o el kiwi, tienen que ser tú aliadas los días previos a una comida copiosa. Prepara a tu organismo para lo que le va a venir.

Desayunar platos saciantes. Desayunos como porridges de avena o bowls de cereales con fruta son tu aliado ideal en días donde vas a tener comidas copiosas. ¿Por qué? Porque te ayudan a estar saciado más horas y evitan que picotees durante todo el día.

Evitar ayunos y dietas milagro. Esto es como norma general, este tipo de dietas suelen producir grandes efectos rebote. No debes ayunar ni caer en ninguna dieta fraudulenta que te prometan perder muchos kilos en poco tiempo, son todo promesas rotas. A la larga solo conseguirás coger más peso y pasar hambre y ansiedad. No intentes compensar los excesos con ayunos, no funciona.

Ejercicio físico a diario. Es importante continuar con la rutina de deporte que se haya adquirido durante el año, sin embargo, si el centro de deporte cierra por las fiestas siempre se puede salir a correr en la ciudad o el campo. En Navidad es más importante aún mantenerse activo.

Los días festivos son cinco. Limítate a los festivos que hay: nochebuena, Navidad, nochevieja, año nuevo y reyes. El resto deben ser días comunes y normales, manteniendo tu dieta habitual y el ejercicio físico. Si se pasan más días en familia es importante controlar las proporciones y dar paseos.

Planificar los días festivos. Antes de la llegada de estos días es importante hablar con la familia y/o amigos sobre dónde se van a celebrar las comidas y cenas. Si puedes ser el anfitrión en al menos una será ideal porque así planificas con tiempo el menú y compras solo lo necesario. Siempre que sea posible hay que optar por aperitivos saludables como encurtidos, conservas o marisco, de primero verduras y la carne o el pescado al horno siempre. Además de postre siempre fruta, si se quiere después un dulce.

Evitar al máximo posible los dulces. A ser posible hay que evitar comprarlos y elaborarlos en casa, si no es así, comprar solo lo indispensable.

Di no a las sobras. Es muy habitual repartirse las sobras entre los familiares. Pero las comidas navideñas, por lo general, son comidas muy calóricas y elaboradas, preparaciones que no nos convienen entre festivos. Si aceptas un tupper con sobras, seguramente sea eso lo que comas días después. Es mejor que optes por platos de verduras, cremas o ensaladas, en lugar de recurrir a las sobras navideñas.

Durante las fechas navideñas

Objetivo el mantenimiento. En Navidad no es buena idea comenzar una dieta sino mantenerse en el peso prefiestas y no ganar kilos extra. De hecho, las fiestas no deben ser una excusa para darse grandes caprichos ni atracones. Lo más importante: las fiestas no empiezan el 6 de diciembre y acaban el 6 de enero sino que son, como mucho, seis comidas y/o cenas.

Practicar el autocontrol. Evitar caer en la tentación del todo o nada, o sea, o no pruebo los turrones o me como una tableta entera. Puedes comerlos pero con moderación, la palabra fiesta no equivale o no debería corresponder a exceso. No existen los alimentos prohibidos, pero todos los excesos son malos y tienen consecuencias negativas, tanto físicas como psicológicas, el disfrutar nunca está en la abundancia.

No abandonar la disciplina. Lo más importante es no tirar por la borda lo conseguido el resto del año. Permitirse algún exceso no significa comer sin control, hay que disfrutar de la Navidad de manera social pero desde el equilibrio. Es importante no empezar a comer dulces antes de tiempo, saber rechazar ciertos ofrecimientos y tener claro nuestro mensaje, por ejemplo: "No quiero, gracias, estoy intentando cuidarme".

No dejes de hacer ejercicio. Que sea fiesta no es excusa, intenta organizarte y encontrar un hueco. Y, si no puedes entrenar, utiliza actividades cotidianas como levantarte de la mesa, recoger los platos, ayudar en la cocina, salir a pasear después de las comidas y no permanecer mucho rato sentada en la mesa.

Aprender a gestionar las comidas fuera de casa. Tanto en casa como fuera siempre hay que seguir unas pautas a la hora de comer: beber suficiente agua todo el día, empezar con un entrante ligero, no saltarse comidas para no llegar con mucha hambre, buscar siempre las opciones más saludables, moderar el consumo de dulces, sustituir el café por descafeinado o alguna bebida digestiva.

Controlar el alcohol. Esto es especialmente importante durante la Navidad, ya que la tradición invita a brindar y celebrar con bebidas alcohólicas, no con agua, zumos ni batidos. Estas bebidas sólo te aportan calorías vacías y, a mayor graduación, más calorías. El agua siempre tiene que estar presente en las comidas para irla intercalando con el vino.

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