
Antes de nada, ¿Qué es realmente el consumo sostenible? El consumo responsable y sostenible es una actitud que implica la toma de decisiones bien pensadas sobre los productos que se compran o los servicios que se contratan considerando las consecuencias ambientales, sociales y económicas.
El consumo y la producción mundiales dependen del uso del medio ambiente natural y de los recursos de una manera que continúa teniendo efectos destructivos sobre el planeta. Por ello es importante lo que se hace cada día en el presente, para garantizar un futuro. El progreso económico y social conseguido durante el último siglo ha estado acompañado de una degradación medioambiental que está poniendo en peligro los mismos sistemas de los que depende nuestro desarrollo futuro.
Por ello, la idea de un consumo responsable, consciente y crítico, empleando eficientemente los recursos de los que se dispone, tiene que ver con un modelo de consumo respetuoso con el medio ambiente que satisfaga las necesidades básicas de una comunidad o población y reduzca los excesos y el daño ambiental.
Como ejemplos se podría mencionar una dieta balanceada con comida saludable, comprar alimentos que no hagan daño a las personas o el medio ambiente, considerar adquirir frutas y verduras de agricultores locales, hacer un uso eficiente de los recursos naturales y energéticos, o considerar opciones de movilidad que no contaminen, entre otros.
Según cifras publicadas por Naciones Unidas se calcula que cada año alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos, el equivalente a 1.300 millones de toneladas valoradas en 1 billón de dólares, acaba pudriéndose en el cubo de la basura o bien se estropea debido al transporte y los métodos de recolección deficientes.
- Consumir alimentos más frescos y menos procesados
El consumo responsable se basa en dos máximas: consumir menos y que lo que se consuma sea lo más sostenible y solidario posible. En esa línea, se aconseja consumir los alimentos naturales que están mínimamente procesados y que, por ende, están lo más cerca posible de su sabor original y evitar aquellos fuera de estación. También es importante tener en cuenta la procedencia de los mismos ya que los que se importan de países lejanos resultan menos sostenibles puesto que es mayor la distancia que recorren hasta el destino final.
- Usar transportes que no contaminen
Si las distancias son cortas, la bicicleta es una buena opción como medio de transporte más eficiente en el uso de energía. Otra opción es utilizar el vehículo de vez en cuando y decantarse por el transporte público que es una de las opciones que utilizan menos energía por pasajero.
- Reducir el impacto como turistas
El turismo ejerce un gran impacto en el mundo. ¿Qué se puede pensar de aquellos turistas que transforman los lugares de ensueño en basureros? Para ayudar a la economía local de destino, en el viaje conviene buscar alojamiento, posadas, restaurantes, casas rurales que sean administradas por gente del lugar que respete e impulse el medio ambiente y la cultura local. Otra manera de apoyar a la población local es ayudar a los artesanos y comerciantes locales comprando 'souvenirs' elaborados en la localidad y con materiales autóctonos.
- Hacer un uso adecuado de los recursos naturales
Ahorrar los recursos con los que se tengan contacto diariamente como por ejemplo el cuidado del agua y la energía eléctrica. Con acciones que se pueden realizar día a día se puede disminuir su uso como por ejemplo comprar bombillas más eficientes, sustituir los aparatos electrodomésticos viejos por otros que hagan un uso más eficiente de la energía y apagar las luces en habitaciones vacías.
- Fomentar valores y campañas medioambientales
El daño a la atmósfera y el cambio climático pareciera un problema de grandes dimensiones y la reacción podría ser, sin embargo, se podría revertir el daño ocasionado por el cambio climático siempre y cuando se haga el esfuerzo necesario para modificar la forma actual de consumir y producir.
Una buena opción sería apoyar aquellas iniciativas de consumo sostenible, cuyos valores sean compatibles con uno, para hacerlo duradero en el tiempo. Por tanto hacer el cambio del consumo masivo que se aparte de las lógicas del mercado tradicional e impulse un modelo sostenible necesariamente tiene que alimentarse de la adopción de nuevos hábitos, y eso lleva tiempo y constancia.
- Reducir lo máximo posible el consumo de bienes y servicios y adecuarlo a nuestras necesidades reales
- Cuidar los bienes adquiridos para que duren más tiempo y sean menos veces sustituidos.