Las primeras formas para lavarse los diente surgieron en el 3.000 antes de Cristo y desde entonces parece que no se ha llegado a una unanimidad en torno a cuál es la mejor forma de dejar la dentadura y la boca limpias. Tanto es así que todo el mundo desde que es pequeño aprende a usar el cepillo de dientes para proteger su salud bucal, pero cada uno lo hace de una manera diferente ya sea de atrás hacia adelante, de arriba abajo, con giros de muñeca… Lo que sí está más que claro es que el tiempo de cepillado debe ser de al menos 2 minutos para asegurar una limpieza completa.
De hecho, el 36,6% de los españoles se cepillan los dientes tres veces al día, como mínimo, y el 33% dos veces diarias, una al levantarse y otra después de cenar. Un hábito que, si bien es beneficioso para la salud, no siempre se realiza de forma correcta. Además, si uno se para a pensar se da cuenta de que hay muchos rituales antes, durante y después de lavarse los dientes y, como en otros muchos aspectos de la vida, no se puede encontrar unanimidad en la hora de decidir cuál es el procedimiento más correcto. Mientras hay quién pone la pasta en el cepillo y después lo moja, hay otros que mojan primero el cepillo y después ponen la pasta; pero también hay quienes ponen el dentífrico y nunca lo mojan. ¿Quién lo hace mejor?
Una buena higiene dental ayuda a prevenir infecciones, enfermedades o acumulación de placa, evitando que derive en problemas mayores. Así, el cepillado es clave para garantizar esa limpieza diaria pero hay seguramente mucha gente que lo hace mal. Cepillo, agua y pasta de dientes o al revés o solo cepillo y pasta, ¿Cuál es la forma correcta? La pregunta de si se debe aplicar la pasta de dientes antes o después de mojar el cepillo es un tema que ha generado debates y opiniones divergentes entre profesionales de la salud dental y personas comunes. Aunque no existe una respuesta definitiva, hay argumentos a considerar para tomar una decisión informada sobre este proceso esencial en la rutina de higiene bucal.
¿Por qué no hay que mojar el cepillo de dientes?
El motivo, según los expertos, es que al mojar el cepillo de dientes se ablandan las cerdas, por ello, si el cepillo es de una consistencia mediana lo vas a dejar suave y esto puede ocasionar que no retire o no talle perfectamente la superficie. El problema viene porque, de esta manera, no se eliminan completamente los restos de placa dental que se quedan entre los dientes después de las comidas. No obstante, hay que tener claro que si se cepilla la superficie de los dientes la suficiente cantidad de veces, no debería ser un problema el mojar el cepillo.
Por lo tanto, para asegurar una correcta higiene bucal, lo más recomendable es colocar directamente la pasta sobre el cepillo seco y se comience limpiar, el motivo es tan sencillo como que la que la humedad de la saliva será suficiente para ayudar a producir la espuma necesaria.
No obstante, los defensores de mojar el cepillo antes de aplicar la pasta de dientes argumentan que esto ayuda a distribuir uniformemente el producto y suaviza las cerdas, haciendo que la experiencia sea más agradable y menos abrasiva para las encías y el esmalte dental. Además, al humedecer el cepillo, la pasta de dientes podría adherirse mejor a las cerdas, lo que podría permitir un mejor contacto entre el agente de limpieza y los dientes. Por otro lado, también afirman que esto permite una concentración más efectiva de flúor y otros ingredientes activos en la superficie de los dientes. El flúor es fundamental para la prevención de la caries dental.
A pesar de que hay varios métodos diferentes, cada persona tiene el suyo, el punto es que, cada estilo tiene beneficios válidos. ¿Cómo es posible?
- El mojarlo antes suaviza las cerdas del cepillo y las enjuaga.
- El mojarlo después asegura que la pasta dental se disuelva en su cepillo y no se caiga.
- El no mojar el cepillo hace que no hayan pasos adicionales entre aplicar la pasta dental y cepillarse.
Sin embargo, ninguna de estas opciones ofrece una ventaja abrumadora. En su lugar, para lograr una salud bucal óptima, lo mejor es adoptar hábitos de cepillado consistentes y usar una técnica de cepillado eficiente. De hecho, los dentistas recomiendan cepillarse dos veces al día durante dos minutos, tomándose 30 segundos para cada cuadrante. Es fácil acelerar el proceso, de hecho, el adulto promedio pasa solamente 45 segundos cepillándose los dientes.
No obstante, independientemente de si se pone la pasta antes o después de mojar el cepillo o no se moja el cepillo, un gesto que sí se debería hacer con más frecuencia es enjuagar la boca con agua antes de comenzar a cepillar los dientes. El motivo es que es un gesto con el que se busca eliminar los grandes restos de comida que pueda quedar en la boca y neutralizar la acidez de algunos alimentos que se hayan ingerido.