
Cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo, dice el dicho. Y cuando los monos capuchinos de Panamá no tienen nada mejor que hacer, se entretienen secuestrando crías de otras especies, concretamente de mono aullador, según han observado un grupo de científicos del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal (MPI-AB) y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.
Los investigadores observaron que varios monos capuchinos (Cebus capucinus imitator) se llevaban a los monos aulladores bebés (Alouatta palliata coibensis). Esto sucedió en 2022, en la isla Jicarón, en el Parque Nacional Coiba (Pacífico de Panamá). Esos monos capuchinos cariblancos ya estaban bajo observación de los científicos desde hace años porque anteriormente ya habían sido captados usando piedras como herramientas.
El líder de este remake de El Planeta de los Simios es un macho sub-adulto al que los científicos apodaron ‘Joker’ y que se dedicó a cargar con al menos cuatro crías diferentes de monos aulladores.
"Al principio, pensamos que podría ser adopción. El hecho de que un macho fuera el portador exclusivo de estos bebés fue una pieza importante del rompecabezas", dijo la investigadora doctoral Zoë Goldsborough, del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal en declaraciones recogidas por EFE.
Cinco meses después, los investigadores descubrieron imágenes y videos de más bebés aulladores siendo transportados no sólo por Joker. Otros primates capuchinos, machos y jóvenes también llevaban crías de aulladores.
Los investigadores señalan que hay otros animales que adoptan crías de otras especies pero en la mayoría de esos casos, la adopción y el cuidado de los bebés abandonados están a cargo de las hembras y en este caso los portadores eran machos.
Secuestro por aburrimiento
"Esto nunca se ha observado en ningún otro lugar, ni en esta isla ni en ninguna otra población de monos capuchinos. Tampoco encontramos ninguna evidencia de que algo así ocurriera entre otras especies", ha señalado Goldsborough.
Los científicos explican que monos capuchinos y primates aulladores conviven en esa isla del Pacífico panameño sin demasiadas dificultades. No tienen la misma dieta, así que no compiten por la comida. Tampoco tienen depredadores, así que la supervivencia está prácticamente garantizada.
Así que, aunque todavía no tienen clara la causa de este comportamiento, no descartan que tanto los secuestros como el uso de herramientas, algo que sólo hace ese grupo de machos capuchinos, son "tradiciones sociales" o una "moda cultural" adquirida por el "aburrimiento", señala la información oficial.
"La supervivencia parece fácil en Jicarón. No hay depredadores y pocos competidores, lo que les da a los capuchinos mucho tiempo y poco qué hacer. Parece que esta vida 'lujosa' preparó el escenario para que estos animales sociales fueran innovadores", ha señalado la directora general del MPI-AB, Meg Crofoot.
Es posible que estemos ante la evidencia de que no sólo la necesidad y la lucha por la supervivencia son la madre de la evolución y de la invención. "Para un mono muy inteligente que vive en un entorno seguro, tal vez incluso poco estimulante, el aburrimiento y el tiempo libre podrían ser suficientes".