
Un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores ha cuantificado por primera vez la entrada de mercurio y metilmercurio al Mar Menor a través del flujo subterráneo de agua, un proceso que hasta ahora no se había evaluado en esta laguna costera y que resulta comparable al aporte atmosférico anual, según los datos recogidos por los autores.
Un proceso habitual pero poco estudiado
El trabajo, publicado en la revista Environmental Science & Technology, analiza el papel del flujo subterráneo de agua —conocido como Submarine Groundwater Discharge (SGD)— en la transferencia de mercurio total disuelto y metilmercurio hacia la laguna. Este proceso incluye la mezcla de aguas dulces, salinas y recirculadas que se infiltran y emergen en la interfase tierra-mar. Aunque está reconocido como una vía de entrada de nutrientes y compuestos disueltos, los estudios que cuantifican específicamente la aportación de mercurio son escasos.
En el caso del Mar Menor, los investigadores midieron las concentraciones de ambas especies de mercurio durante el verano y el otoño, tanto en aguas superficiales de la laguna como en aguas intersticiales del sedimento y en puntos costeros. El análisis reveló que las porewaters, o aguas de los poros del sedimento, mostraron las mayores concentraciones, con valores que superaron claramente a los registrados en las aguas superficiales.
Zonas costeras propensas a la formación de metilmercurio
El estudio detecta que las aguas cercanas a la costa y las aguas intersticiales con alta presencia de materia orgánica disuelta favorecen la formación de metilmercurio, una forma orgánica especialmente tóxica cuya presencia depende de condiciones como la disponibilidad de oxígeno, el contenido de materia orgánica y la actividad microbiana.
Los autores observaron que una parte de estas aguas presentaba bajas concentraciones de oxígeno y una composición química propicia para la transformación del mercurio inorgánico. Según los resultados, en julio el porcentaje de metilmercurio respecto al mercurio total fue mayor que en noviembre, coincidiendo con condiciones más favorables para los procesos biogeoquímicos que lo generan.
Un aporte anual equivalente al de la atmósfera
La estimación global realizada por los investigadores sitúa el aporte anual de mercurio a través del flujo subterráneo en 4.300 milimoles al año, una cifra similar al depósito atmosférico estimado. Este volumen es diez veces superior al aportado por el único cauce permanente que desemboca en la laguna, el Albujón, según los valores registrados en el periodo de estudio.
El análisis distingue tres componentes del flujo subterráneo: la descarga de agua dulce, la recirculación a gran escala de agua de la propia laguna y el intercambio de porewaters a pequeña escala. Según el estudio, la recirculación a gran escala constituye la vía más relevante, ya que remobiliza mercurio presente en sedimentos y lo devuelve a la columna de agua a lo largo del año.
En verano, los investigadores detectaron un incremento del intercambio a pequeña escala, atribuible a procesos físicos y biológicos como la bioturbación, que incrementa el movimiento del agua a través del sedimento. Esta variación explica que, durante esta estación, el flujo de metilmercurio ligado a este componente alcanzara valores similares a los de la recirculación a gran escala.
Implicaciones para el balance de mercurio en la laguna
El estudio concluye que el flujo subterráneo es un componente significativo del presupuesto de mercurio del Mar Menor, especialmente en relación con la remobilización de mercurio histórico almacenado en sedimentos. Los autores destacan que la mayor parte de los estudios previos sobre esta cuestión se centraban exclusivamente en descargas de agua dulce, lo que habría llevado a subestimar la importancia real del proceso en sistemas costeros.
Además, la investigación señala que los inventarios de mercurio y metilmercurio derivados del flujo subterráneo representan un porcentaje notable del total estimado en la laguna, lo que subraya la necesidad de incluir este mecanismo en evaluaciones regionales y globales.
Próximas líneas de investigación
El equipo propone profundizar en el análisis de los componentes individuales del flujo subterráneo, así como en el papel que desempeña la materia orgánica en la transformación del mercurio. También plantean que técnicas complementarias, como el uso de isótopos de mercurio, podrían mejorar la identificación de fuentes y procesos implicados.

