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¿Qué puede dañar los dientes?

El alcohol, el tabaco, algunos alimentos y utilizar los dientes como tijeras son malos para la dentadura. ¿Cómo se puede dañar sin darse cuenta?

El alcohol, el tabaco, algunos alimentos y utilizar los dientes como tijeras son malos para la dentadura. ¿Cómo se puede dañar sin darse cuenta?
wellness, prophylaxis, scaling | Unsplash/Caroline LM

Desde la infancia a todos se les inculcan una serie de rutinas para cuidar de manera correcta la salud e higiene de los dientes, como cepillarse los dientes tres veces al día, usar hilo dental y el enjuague bucal con flúor, visitar periódicamente al dentista, etc. Y es que una boca sana es fundamental para la salud general.

Además, es importante recordar que los dientes son unas piezas bastante sensibles que requieren de buenos hábitos para mantenerse en plena forma. Son esenciales en la masticación y en la digestión, sin ellos sería muy difícil ingerir ciertos alimentos. Sin embargo, existen también algunos malos hábitos que se realizan de forma cotidiana y que son perjudiciales para los dientes.

  • Usar los dientes para todo

¿Eres de los que utiliza los dientes para arrancar las etiquetas de la ropa, abrir una bolsa de patatas o incluso quitar el corcho de una botella? Es importante recordar que los dientes no son tijeras ni abre-botellas. Utilizarlos como una herramienta acabará dañándolos o incluso rompiéndolos. Los dientes sirven básicamente para masticar comida y hablar correctamente, para nada más.

  • Mordisquear el lápiz y la patilla de las gafas

La manía de sostener y mordisquear objetos con los dientes es muy peligrosa. La razón es la fuerte presión que recibe el diente cuando muerde o simplemente impacta contra un objeto duro como el tapón de un bolígrafo. Hacerlo constantemente puede causar que los dientes se desplacen o se rompan.

  • Morderse las uñas

Esto no solo afecta al aspecto de las manos. Al intentar partirlas se puede dañar el esmalte de los dientes. Además, poner la mandíbula en una posición que sobresale durante mucho tiempo ejerce presión sobre la articulación de la zona y puede provocar alteraciones. Y, por supuesto, las uñas esconden bacterias que podrían pasar a la boca y acabar provocando caries.

  • Masticar hielo

Los cubitos de hielo pueden parecer inofensivos, pero su dureza puede ocasionar un gran daño a los dientes. Los dientes están diseñados para masticar alimentos, no para romper cosas con ellos. Aunque parezca fácil romper un hielo con los dientes, no lo es. Basta con pensar en las potentes batidoras con cuchillas que se necesitan para picarlo.

  • Usar palillos para retirar excesos de comida

Es una costumbre a evitar porque resulta muy fácil provocar lesiones en las encías. Para eliminar cualquier resto lo ideal es cepillarse los dientes y usar hilo dental con cuidado, o bien un irrigador bucal que resulta ideal si se tienen las encías sensibles.

  • Abusar del alcohol

El alcohol causa deshidratación y boca seca. También reduce la secreción de saliva, que actúa como un limpiador natural, lo que aumenta el riesgo de caries dental y otras infecciones orales. El consumo excesivo de alcohol también aumenta el riesgo de cáncer de boca.

  • El estrés

Las personas nerviosas suelen padecer más problemas dentales. La razón es que tienden a apretar la mandíbula al dormir (bruxismo), lo que acaba debilitando el esmalte y puede provocar fracturas de dientes. Por ello lo ideal es acudir al dentista y dormir con una férula de descarga.

  • El sobrepeso

Varios estudios han demostrado que existe una relación entre el sobrepeso y la salud oral. La razón es que favorece el desarrollo de diabetes tipo 2. hay que tener en cuenta que si la glucosa está mal controlada es como si se estuviera chupando un caramelo las 24 horas del día, con el riesgo de caries que ello conlleva.

  • Comer alimentos pegajosos

Los alimentos pegajosos permanecen mucho más tiempo en los dientes, aumentando la producción de los ácidos que generan el placa. Ocurre con alimentos como las frutas desecadas como pasas o ciruelas. El consejo no es evitarlas, sino cepillarse bien los dientes y usar hilo dental si se nota que quedan residuos. A la hora de optar por un dulce, mejor los poco pegajosos como el chocolate con un porcentaje alto de cacao puro. De hecho, lo peor para los dientes es un caramelo blando, y no solo por el azúcar sino por lo pegajoso que es.

  • Abusar de los refrescos con azúcar

Este tipo de refrescos y bebidas suelen contener una alta dosis de azúcar, y especialmente de ácidos (cítrico, fosfórico, tartárico y/o carbónico), que a la larga pueden llegar a erosionan la capa protectora de los dientes. Es por ello, que su consumo habitual puede conllevar a la pérdida de esmalte, una mayor exposición de la dentina y aumento de la sensibilidad dental, además de fomentar la aparición de las temidas caries, entre otras infecciones dentales.

  • Tomar demasiado café y algunos tipos de té

Bebidas como el café y el té, a los que tan acostumbrado está todo el mundo y que hoy en día son una gran tendencia en consumo, debido a todas las novedosas formas de consumirlos, pueden manchar los dientes. Por suerte, una adecuada higiene bucal puede solucionar este problema.

  • Cepillarse los dientes inmediatamente después de comer

Aunque parezca raro, no es recomendable lavarse los dientes justo después de comer. Parece lógico pensar que el mejor momento para cepillarse los dientes es después de comer, pero es una idea equivocada por una importante razón: después de comer o beber el pH de la boca disminuye y aumenta el nivel de acidez, y si uno se cepilla, lo que está haciendo es frotar el ácido en los dientes y esparcirlo por la boca. Por el contrario, si uno se cepilla los dientes pasados 30 minutos dará tiempo a que la saliva disminuya la acidez de los alimentos, sin frotar estas sustancias contra los dientes.

  • Fumar

El tabaco daña la mucosa de toda la boca ya que no deja que se oxigene bien. Esto provoca envejecimiento prematuro de todo el tejido que rodea al diente, lo que origina retracción de las encías y favorece la pérdida de piezas dentales. Además, según un estudio de la University of Rochester Medical Center, el cigarrillo electrónico también es perjudicial. Los vapores que emana no son solo agua: son resultado del calentamiento de la glicerina, el propilenglicol o la nicotina, por lo que también inflama y daña las encías.

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