
Además de la importancia de tener hábitos saludables, como una dieta equilibrada, realizar ejercicio físico de manera regular o evitar prácticas nocivas como el tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol, el mes de nacimiento puede influir en nuestra esperanza de vida. Según un reciente estudio realizado por el Colegio de Actuarios de Cataluña, las personas nacidas entre enero y abril tienen más posibilidades de gozar de una mayor longevidad.
Tras analizar los datos de más de 17 millones de personas, esta organización ha confirmado que la mayoría de las personas que han superado los 100 años de edad han nacido durante estos cuatro primeros meses del año. De hecho, el número de personas centenarias nacidas en enero es un 40% superior al de los nacidos en julio, mes que inicia el segundo semestre del año y que cuenta con condiciones climatológicas muy diferentes.
Ventaja biológica
Jaime García Moral, participante del estudio y experto en el sector de la previsión social, ha planteado que la principal razón del resultado de este proyecto puede ser la exposición a infecciones estacionales. Los bebés nacidos en invierno y a inicios de la primavera, pueden estar menos expuestos a enfermedades respiratorias durante sus primeros meses de vida, lo que les aporta una ventaja biológica al inicio de su desarrollo físico.
Hay varios ejemplos que confirman esta hipótesis; uno de ellos es el caso de María Branyas. Nacida en marzo y quien, hasta su fallecimiento en agosto, era la persona viva más longeva del mundo a sus 117 años de edad. También la francesa Jeanne Louise Calment, nacida en febrero, confirma esta hipótesis al haber vivido hasta los 122 años.
Este mayor desarrollo físico durante los primeros meses de vida también influye en la formación de deportistas de élite. Grandes ejemplos como Cristiano Ronaldo, Xavi Hernández o Alexia Putellas, son casos de bebés nacidos en los primeros meses del año y que presentan unas condiciones físicas superiores a la media.
Resultados contradictorios
Un dato que resulta absolutamente contradictorio respecto a esta investigación es que en España, enero es el mes del año donde más personas mueren, a causa del aumento de resfriados y otras enfermedades relacionadas con el descenso de las temperaturas. Sin embargo, la longevidad de las personas nacidas en estos primeros meses es superior al resto. Esto puede deberse también a que su organismo se acostumbra desde el principio a situaciones más complicadas, fortaleciendo su sistema inmunológico. Sin duda, resulta un dato curioso y posiblemente podría dar pie a una nueva investigación.


