
La demencia es una enfermedad habitual en el mundo y está relacionada con la diabetes, principalmente con la tipo 1 y la tipo 2. Este tipo de diabetes se asocian con un aumento del riesgo de desarrollar demencia, especialmente Alzhéimer y demencia vascular, aunque el impacto varía según la edad de diagnóstico de la diabetes. No hay que olvidar que los niveles elevados de glucosa en la sangre afectan al cerebro humano. Por eso, una persona con diabetes tiene más riesgo de desarrollar algún tipo de demencia, que incluye a los trastornos que afectan la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales.
Por este motivo, las personas que han sido diagnosticadas con diabetes en la mediana edad, es decir, sobre los 50 años, pueden tener un mayor riesgo de problemas cognitivos y de memoria a medida que envejecen que aquellos con niveles de azúcar en sangre más saludables. De hecho, según un reciente estudio se ha conocido que la diabetes parece acelerar el envejecimiento en casi 5 años. Por ejemplo, una persona de 60 años de edad con diabetes experimenta un deterioro cognitivo similar al de otra sana con 65 años.
Lo que está claro para todo el mundo es que, para tener un cerebro sano a los 70 años es importante comer bien y hacer ejercicio a los 50. El motivo, como se ha comentado anteriormente, es que existe un deterioro cognitivo importante asociado con la diabetes, pre-diabetes y el mal control de la glucosa en personas con diabetes.
Pero, ¿tanto afecta la diabetes a la demencia? Si, de hecho, las personas con una diabetes mal controlada presentan un deterioro cognitivo de un 19% mayor de lo esperado; y aunque menor, también se apreciaba un mayor declive neurológico en aquellos que tenían diabetes controlada y prediabetes.
Edad y demencia
- Riesgo a edad temprana y mediana edad
Desarrollar diabetes a una edad temprana o mediana edad, es decir, antes de los 60 años, incrementa significativamente el riesgo de demencia en etapas posteriores de la vida. De hecho, según algunas investigaciones, las personas que son diagnosticadas con diabetes antes de los 45 - 55 años tienen un riesgo hasta dos o tres veces mayor de desarrollar demencia en comparación con aquellos que desarrollan diabetes en edades más avanzadas o quienes no la padecen. Esto se debe en parte a que la exposición prolongada a niveles elevados de glucosa en sangre y la resistencia a la insulina pueden dañar los vasos sanguíneos y causar inflamación crónica en el cerebro, afectando la función cognitiva con el tiempo.
- Riesgo en personas mayores
En personas mayores de 60 años, el diagnóstico de diabetes también está relacionado con un mayor riesgo de demencia, pero el efecto parece ser menos pronunciado que en aquellos diagnosticados a edades más tempranas. Esto se debe a que, en la vejez, otros factores de riesgo como la hipertensión, la obesidad y enfermedades cardiovasculares ya están presentes, y es más difícil determinar cuál es el principal contribuyente al desarrollo de la demencia.
- Relación entre diabetes y demencia
La hiperglucemia crónica y la resistencia a la insulina pueden provocar una reducción en la capacidad del cerebro para utilizar glucosa, su principal fuente de energía. Además, la diabetes puede llevar a un daño en los vasos sanguíneos del cerebro, favoreciendo la aparición de demencia vascular. Por otro lado, algunos estudios sugieren que la insulina también actúa como un regulador de la memoria y el aprendizaje, lo que implica que la resistencia a la insulina podría influir negativamente en estas funciones cognitivas.
Prevenir la diabetes
Por todo ello, queda demostrada la importancia de utilizar una combinación de factores para prevenir la diabetes y, de esa forma, mantener el cerebro sano durante la vejez. Lo más importante es llevar un control del peso, ejercicio y dieta saludable para prevenir la diabetes. De hecho, incluso perdiendo sólo entre el 5 y el 10% del peso corporal se puede evitar que alguien desarrolle diabetes.
Y a pesar de que se puede controlar la diabetes con fármacos, ejercicio y cambios en la dieta, el primer objetivo es su prevención. El motivo es que, si se puede hacer un mejor trabajo en la prevención de la diabetes y el control de la diabetes, se puede prevenir la progresión a la demencia para mucha gente. Incluso retrasar la demencia por unos pocos años podría tener un gran impacto en la población, la calidad de vida, los costos de atención y la salud.