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El "botellón de agua" para los jóvenes: la nueva idea de Mónica García

Mónica García afirmó un "cambio cultural" en los jóvenes, según ella, muchos ya no beben ni fuman, pero el Informe ESTUDES 2024 lo contradice.

Mónica García afirmó un "cambio cultural" en los jóvenes, según ella, muchos ya no beben ni fuman, pero el Informe ESTUDES 2024 lo contradice.
Mónica García, Ministerio de Sanidad | Europa Press

Mónica García, ministra de Sanidad, proclamó con entusiasmo en redes sociales que "las generaciones más jóvenes marcan un cambio cultural: muchos ya no beben, ya no fuman y lo presumen", todo ello acompañado de jóvenes haciendo "botellón de agua". Estas palabras acompañaron el anuncio del 2025 como el año de la Ley de Alcohol y Menores y nuevas medidas contra el tabaquismo.

Sin embargo, nuevamente estás afirmaciones tan optimistas carecen de un análisis exhaustivo de los datos publicados por su Ministerio. El Informe ESTUDES 2024, Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España, sobre el consumo de sustancias psicoactivas (como alcohol, tabaco, cannabis y otras drogas) en jóvenes de 14 a 18 años revela una realidad que contradice estas afirmaciones.

Alcohol y tabaco: un problema persistente entre los jóvenes

El alcohol sigue siendo, de lejos, la sustancia más consumida por los adolescentes españoles. Según los datos del informe, el 75.9% de los estudiantes ha consumido alcohol al menos una vez en su vida, un 73.6% en el último año, y un 56.6% en el último mes. Lo más preocupante es que estas cifras representan un incremento respecto a años anteriores: 2 puntos más en consumo acumulado alguna vez en la vida, 2.6 puntos más en el último año y 1.1 puntos más en el último mes respecto a 2021.

Además, el 42.1% de los jóvenes reportó haberse emborrachado en el último año, con mayor prevalencia entre las chicas (45.1%) frente a los chicos (39.3%). Asimismo, el consumo en atracón (binge drinking) afecta al 28.2% de los estudiantes en el último mes. Esta práctica, caracterizada por ingerir grandes cantidades de alcohol en poco tiempo, se ha consolidado como un patrón preocupante que aumenta con la edad y es más común entre las chicas a los 14 y 15 años y entre los chicos a partir de los 16.

Un dato alarmante que refuerza la gravedad del problema es la facilidad con la que los menores obtienen alcohol. El 54.9% lo adquiere en bares o pubs, el 54.1% en supermercados, y el 49.4% en tiendas de barrio. Esto demuestra que, pese a las regulaciones existentes, el acceso sigue siendo una brecha significativa en la lucha contra el consumo de alcohol en menores.

Por su parte, el consumo de tabaco ha registrado una tendencia descendente desde 2006, pero aún el 33.4% de los jóvenes ha fumado alguna vez, y el 21% lo hizo en el último mes. Las chicas muestran una mayor prevalencia que los chicos, con un 36.8% frente al 30% en el consumo acumulado. A pesar de los avances legislativos, como la Ley 28/2005, todavía queda mucho por hacer para reducir este hábito entre los adolescentes.

El "botellón de agua": ¿un reflejo de realidad según los datos o un espejismo en redes sociales?

Las afirmaciones de Mónica García sobre un cambio cultural hacia el abandono del consumo de sustancias parecen basarse más en una estrategia de comunicación que en la realidad. Los datos muestran patrones de consumo persistentes, en el caso del alcohol crecientes, los porcentajes aún son alarmantes y distan mucho de justificar la narrativa del gobierno indicando un "cambio cultural" en la manera de divertirse de los jóvenes.

Aunque sería maravilloso imaginar a grupos de adolescentes brindando con agua mineral mientras debaten sobre poesía contemporánea, la realidad es que el consumo de alcohol sigue profundamente arraigado en las dinámicas sociales juveniles.

Si esta narrativa basada en imágenes pretende reflejar una tendencia cultural, sería prudente primero confirmar que la estadística respalda la historia, porque en estos momentos resulta difícil imaginar a los adolescentes entusiasmados brindando con botellas de agua mineral mientras escuchan reguetón a todo volumen.

Es crucial que las políticas públicas reflejen la realidad actual y no se limiten a proyectar una imagen idealizada de las generaciones jóvenes. Las cifras del Informe ESTUDES 2024 son un recordatorio de que, si bien hay avances en ciertos aspectos, el consumo de alcohol y otras sustancias sigue siendo un problema profundamente arraigado en nuestra sociedad.

Si Mónica García realmente desea transformar esta situación, debe mirar más allá de los filtros de Instagram y Facebook y, abordar el problema con políticas efectivas y basadas en datos, dejando las fantasías del "botellón de agua" para otros escenarios.

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