
La salud bucodental es mucho más importante de lo que podemos pensar, por lo que hay que cuidarla en todas las etapas de la vida. Cuando una mujer está embarazada también es realmente importante, aunque pueda no parecerlo.
Es cierto que generalmente cuando se habla de cuidados bucodentales se habla de un cepillado diario. Pero no es sólo importante eso sino que la alimentación o el tabaco también pueden afectar a la salud dental.
De hecho, podemos decir que la salud budocental y el embarazo deben tener una relación de cuidado bidireccional. Recordemos que las enfermedades más frecuentes en las mujeres que esperan un bebé son la caries, la gingivitis, la periodontitis, el granuloma y la erosión dental. Y, a pesar de ello, pocas mujeres preguntan en sus consultas ginecológicas por la salud bucodental. Por ello, en ocasiones el camino de las matronas es hacer un repaso general de las necesidades de una mujer embarazada. Dentro de ello entra el abordar que hay ciertos cuidados bucodentales que tienen que ver con el embarazo.
¿Qué es la salud bucal?
La "salud bucal" es la salud de la boca, incluidos los dientes, las encías, la garganta, la lengua y los huesos que rodean la boca. En general, los problemas de salud bucal pueden afectar su capacidad de hablar, sonreír, oler, saborear, tocar, masticar, tragar y transmitir emociones.
Pero, ¿por qué es importante mantener una buena salud bucal durante el embarazo? No debemos olvidar que la salud bucal afecta su salud en general. Los problemas de salud bucal en la madre pueden ocurrir antes, durante o después del embarazo. Pueden afectar al bebé que crece en el útero, así como la salud bucal y general del bebé después del nacimiento.
Causas
Durante el embarazo se producen una serie de cambios fisiológicos que pueden repercutir en la salud bucodental. Entre otros están:
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La mayor frecuencia de náuseas y vómitos durante el embarazo con la consiguiente erosión del esmalte de los dientes.
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Los cambios de la composición de la saliva al final del embarazo.
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La xerostomía fisiológica o sequedad bucal, que es característica del embarazo.
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La gingivitis o inflamación de la encía, más frecuente desde el 3º al 8º mes de embarazo, producida por: un aumento de la vascularización de la encía por alteraciones hormonales y un aumento de formación de placa bacteriana.
Enfermedades bucodentales frecuentes en el embarazo
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Gingivitis gravídica: Más frecuente en el segundo trimestre del embarazo, relacionada con mala higiene oral, dieta, respuesta inmune y alteraciones hormonales y vasculares. Recordemos que el aumento de estrógeno y progesterona produce vasodilatación capilar favoreciendo el exudado y la permeabilidad gingival pudiendo aparecer una respuesta inflamatoria exagerada. Como norma general, la placa bacteriana es el factor etiológico fundamental para la aparición de la gingivitis, asociada al incremento de la microvascularización y del metabolismo tisular. Pero también la alteración de la flora microbiana está estrechamente relacionada con el inicio de la enfermedad periodontal.
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Granuloma del embarazo: También llamado "épulis gravídico" o "tumor del embarazo". Es una tumoración benigna localizada en una zona con gingivitis en el vestíbulo del maxilar superior que suele remitir después del parto. Es habitual en los primeros embarazos, durante el primer y segundo trimestre.
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Enfermedad periodontal: Durante el embarazo se produce la hormona relaxina, cuya función es relajar las articulaciones para facilitar el parto, pudiendo actuar también en el ligamento periodontal provocando una ligera movilidad dentaria que tiende a desparecer tras el parto. Es inusual encontrar un cuadro grave de reabsorción ósea y pérdida dentaria por movilidad. Si existe una enfermedad periodontal previa, esta se verá agravada por los mismos factores antes mencionados. Pero además, estudios recientes relacionan la presencia y gravedad de periodontitis y otros factores en relación con la prematuridad, como son el consumo de tabaco y alcohol en el segundo trimestre del embarazo, con el aumento de riesgo de parto prematuro y niños de bajo peso. Se atribuye como causa de dicha prematuridad a las endotoxinas bacterianas y al aumento de los niveles de prostaglandinas, todo lo cual favorecería las contracciones uterinas tempranas.
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Caries dental: El embarazo no debe de ser considerado per se como una causa de la caries. Como norma general, existe la creencia de que se produce una desmineralización debida a la pérdida del calcio para "el nuevo ser", pero el esmalte tiene un intercambio mineral muy lento conservando su contenido mineral toda la vida. Sin embargo, la mujer embarazada está sometida a unas situaciones que la hacen sensible a padecer esta enfermedad. Por ejemplo, se ve alterada la composición salival y la flora oral produciéndose xerostomía fisiológica que facilita la aparición de caries.
Pero además de esto, al embarazo suelen acompañarle alteraciones en el estilo de vida como una disminución del cepillado ligado o no a la presencia de náuseas y vómitos, incrementándose por ello los depósitos de placa en la superficie dentaria. Recordemos que los ácidos gástricos que están presentes en la emesis erosionan la superficie del esmalte de los dientes, siendo más comúnmente afectados los dientes anteriores.
A pesar de que estos cambios fisiológicos ocurren en todas las embarazadas no todas presentan las alteraciones descritas. De hecho, existe una predisposición genética individual de padecer o no ciertas enfermedades, que se ve influenciada por el nivel sociocultural; así, un mayor nivel educativo-económico se vinculará a una menor presencia de las patologías descritas.
¿Qué hacer para prevenir estas enfermedades?
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Cepillarse suavemente tres veces al día.
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Acudir al dentista en el momento en el que se conozca el embarazo.
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Seguir una dieta equilibrada, evitando los dulces, el alcohol y el tabaco.