Un diseñador austriaco ha diseñado un dispositivo que es capaz de extraer la humedad del aire y condensarla en agua potable. Fontus, que así se llama el invento, se sirve del principio básico de condensación para obrar este pequeño milagro.
El invento está alimentado por energía solar y consta de un condensador conectado a una superficie hidrofóbica que repele el agua. Fontus puede acoplarse al cuadro de una bicicleta de tal forma que se pueda generar agua durante entrenamientos de larga distancia. Además, cuenta con un pequeño refrigerador termoeléctrico que enfría la cámara superior del dispositivo, mientras que la inferior permanece templada para que la humedad pueda transformarse en agua.
Pero no es oro todo lo que reluce. La cantidad de agua generada depende de factores como la humedad o la temperatura. Así, se puede llegar a producir medio litro de agua en una hora, pero con unas condiciones medioambientales específicas: la temperatura debe de estar entre 30 y 40 grados centígrados y la humedad entre el 80 y el 90 por ciento.
Para que el agua no se contamine, Fontus cuenta con dos filtros. Uno de ellos para evitar la entrada de insectos. El otro se encarga de evitar que la polución atmosférica contamine el agua. El problema es que este filtro es demasiado pequeño como para funcionar en lugares con niveles altos de polución como en las grandes ciudades, donde el filtro se saturaría en pocos minutos.
Kristof Retezár va a intentar crear una campaña de financiación colectiva a partir de marzo con la que poder producir de forma masiva el dispositivo que podría rondar el precio de los 100 dólares y ver la luz a final de año.