
Vamos con un poco de fantasía en forma de cómics gracias al señor Cullen Bunn y a la editorial Planeta Cómics. En este caso nos encontramos con este Parasomnia que junta en una misma historia, al menos en este primer tomo, un relato fantástico con toques de misterio y terror con un secuestro, un padre desesperado por encontrar a su hijo pequeño y con una especie de secta que esconde un oscuro secreto.
Así de primeras tampoco encontramos en esta idea inicial un argumente tremendamente original, pero ahí es donde entra el toque onírico que le da Cullen Bunn para darle una vuelta de tuerca a esta historia. Cuando está despierto, nuestro protagonista busca por las calles a su hijo, enfrentándose a los peligros de la vida real, pero cuando entra en el mundo de los sueños será un héroe con capa y espada que se mueve en un mundo de fantasía plagado de trolls, elfos y personajes sacados de un cuento.

Antes de seguir con más detalles, vamos con el apartado técnico del cómic: guion de Cullen Bunn, dibujo de Andrea Mutti, contiene Parasomnia 1-6, editorial Planeta, cartoné tapa dura, 120 páginas y un precio de 17,95 euros.
Vamos con la reseña
Premisa interesante pendiente de ver aún más evolución
Mentiría si os digo que leyendo Parasomnia me he vuelto loco, he gritado de felicidad y mi vida ha cambiado. Pero también mentiría si digo que es un mal cómic o que no me ha gustado. De hecho, la premisa me ha llamado mucho la atención y sí, cuando he terminado este primer tomo la verdad es que quería saber qué pasará después. Partiendo de esa base, conseguir que me siga interesando una vez leído, la nueva idea de Cullen Bunn me parece, como mínimo, interesante.

Como he dicho anteriormente, la premisa, sin el tema onírico o de fantasía, no sería tampoco tremendamente original, sin embargo, es ahí, en ese lugar onírico que se alterna con la realidad, donde crece la nota media de este cómic. Una nota media que viene también sostenida por el dibujo, tremendamente ambiental e inmersivo, que nos ofrece Andrea Mutti.
Os dejo ejemplos del dibujo:


Además, es innegable que Bunn sabe contar historias. Con esquemas sencillos y bien colocados, el guion se desarrolla y se teje con facilidad mientras va dejando pequeños destellos de información que hacen que el lector no se desconecte. Esa es la clave de todo, que no te permite desconectar. No es un guion perfecto, tiene sus carencias, pero se va salvando siempre por esa pista a seguir en toda esta trama oscura y, en principio, satánica o fanatista.
El cómic es muy sencillo de leer. Demanda poco. No es exigente. Lo que lo convierte en una lectura entretenida que cumple su función de hacerte pasar un buen rato de lectura. Eso sí, habiéndome gustado el primer vistazo, le pido más al segundo acto que llegará dentro de unos meses. Si Cullen de verdad quiere ofrecer un producto con un punto más de fuerza, la historia tiene que ser aún más oscura y sobre todo no tenerle miedo a ser drástica en algunos conceptos. Le pido más contundencia a fin de cuentas. Que si el relato demanda en algún momento una verdadera oscuridad, no se quede en la superficie. De momento tenemos los entrantes en la mesa y han sido buenos aperitivos, pero cuando llegue el plato principal espero que tenga dudas de si tomar postre por lo lleno que estoy. Satisfecho, más que lleno, sería la palabra.
Conclusión: pinta bien sin ser una locura. Le pido más a lo que venga después, aunque no puedo negar que se me ha pasado volando su lectura y sí, me ha interesado lo que hay más allá de este primer tomo. Cullen, como mínimo, ha picado mi curiosidad.

