Protagonista de decenas películas en España, Europa y también México, la fallecida actriz madrileña Marisa Paredes ha destacado no solo por su filmografía sino también por su marcada significación ideológica. Como presidenta de la Academia de Cine entre 2000 y 2003, bajo su mando tuvo lugar la gala de los Goya más polémica que se recuerda, la de 2003 y el famoso "No a la Guerra", que marcó un punto de ruptura en la industria y el público que perdura todavía hoy.
No hubo, sin embargo, un asomo de autocrítica en la trayectoria posterior de Marisa Paredes, actriz de brillante currículum y una de las chicas Almodóvar más destacadas del cine español. La gala presentada por Animalario apostó por una gala abiertamente política contra el Ejecutivo de José María Aznar, y la propia Paredes se afirmó en ese discurso cuando recogió el Goya de Honor en 2018, que acabó siendo el único de toda su carrera.
Esta apuesta ideológica no perjudicó su proyección internacional, más al contrario. Paredes participó en la ganadora del Oscar La vida es bella, de Roberto Benigni, y Profundo carmesí, de Arturo Ripstein, así como en obras de Manoel de Oliveira o Guillermo del Toro.
La Marisa Paredes más militante apostó también por encabezar el denominado movimiento "de la ceja" para manifestar su apoyo al presidente Zapatero, el presidente "más alegre" . El vídeo de la plataforma PAZ de apoyo a Zapatero mostraba a reputados artistas ensalzando sus cejas para establecer un paralelismo con las del socialista.
Un periodo de graves descalificaciones al Partido Popular que todavía definen la brecha abierta entre los partidos y la población española, y que Marisa Paredes defendió con entusiasmo. La protagonista de La flor de mi secreto, que se manifestó en la huelga de actores de 1975 en pos de derechos laborales en su profesión, habría conseguido significarse por fin en su propia lucha política de una manera representativa.
Paredes también pudo manifestarse en televisión en contra de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, rubricando un largo historial de izquierdazos a los gobiernos del PP, significados recientemente a favor de Yolanda Díaz y Sumar para convencer al público de esa lucha contra la "censura". También apoyó a Pedro Sánchez y sus célebres cinco días para pensar cuando a su esposa Begoña Gómez se le dibujaba la tensa batalla j