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Magallanes y Elcano, explicados para a los pequeños de la casa

Un espectáculo que se anuncia como una "experiencia inmersiva" es una buena forma de acercar a los más jóvenes a una epopeya de nuestra historia.

Un espectáculo que se anuncia como una "experiencia inmersiva" es una buena forma de acercar a los más jóvenes a una epopeya de nuestra historia.
Así es el espectáculo Magallanes y Elcano: sin límites

Magallanes y Elcano: Sin Límites es un espectáculo atípico y, de hecho, lo es tanto que no estoy muy seguro que se le pueda llamar espectáculo sin más. Sus promotores lo anuncian como una "experiencia inmersiva" y supongo que es un nombre adecuado para una parte de lo que se vive en la gran carpa en el Espacio Ibercaja Delicias, mientras que la otra parte sería una exposición interactiva. Todo, como pueden ver, muy moderno.

Los espectadores/visitantes de Magallanes y Elcano: Sin límites empiezan por pasar una media hora en una sala en la que, en una ambientación oscura y atractiva, varios audios les ofrecen una versión interpretada de algunos aspectos del gran viaje. En conjunto esta colección de ocho pequeñas historias de la gran historia constituye un resumen interesante de la primera circunnavegación del globo, ideal para excitar la curiosidad de los más inquietos que podrán después completar más los datos por su cuenta.

Carabela, lluvia y espectáculo

Una vez completada esta primera parte más lectiva y pausada de la experiencia se abre una puerta y el público se embarca, casi literalmente, en la segunda. En la otra sala nos espera una impresionante reproducción a tamaño real de la Nao Victoria, la única que logró completar el viaje alrededor del mundo.

El público se sienta en unas gradas junto al gran barco, a babor ya que la cosa va de exploraciones marinas, y empieza un espectáculo de luz y sonido que reproduce, no tanto con fidelidad pero sí con no poca emoción, una de las muchas tormentas que los bravos marineros tuvieron que superar durante su viaje.

Además de la propia Nao, que es ciertamente impresionante, una iluminación muy cuidada y un sonido espectacular son quizá lo mejor de esta representación, en la que algunos espectadores echarán en falta un poco más de hilo argumental que, por débil que fuese, habría dotado de un interés extra y algo más de consistencia a esta parte del espectáculo..

En ausencia de ese desarrollo argumental más sólido, todo el protagonismo es para los efectos luminosos y sonoros, para detalles como el agua de lluvia que se derrama entre la grada y el barco y para el esfuerzo gimnástico de los actores que, sin duda, dan todo un do de pecho físico ya en cubierta ya subidos a los aparejos del navío.

Finalmente, nuestra Nao Victoria de secano supera la tan estruendosa como artificiosa tormenta y da paso a la tercera parte de la experiencia: rodear el barco, poder observarlo de cerca y, aquellos más deseosos de un selfi, interactuar con los bravos marineros, algo más dispuestos al retrato de lo que deberían estarlo los 17 compañeros de Elcano que arribaron a Sevilla el 6 se septiembre de 1522, imaginen en qué estado.

En conjunto, el espectáculo dura aproximadamente una hora que pasa sin ningún esfuerzo y, aunque quizá se quede un poco corto a la hora de transmitir la grandeza de aquel periplo que cambió la historia del mundo, si puede ser un forma muy buena de despertar en los más jóvenes de la casa el interés por una gesta espectacular… y por la España y los españoles que lograron llevarla a cabo.

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