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Tras más de sesenta años en el Valle de los Caídos los restos de Primo de Rivera reposan en el Cementerio de San Isidro

Más de setenta familiares han acudido a la exhumación. Las obras se han complicado por un muro de hormigón dentro de la fosa.

Más de setenta familiares han acudido a la exhumación. Las obras se han complicado por un muro de hormigón dentro de la fosa.
Exhumación de los restos de José Antonio Primo de Rivera, en imágenes

Los restos del fundador de la Falange, político y abogado José Antonio Primo de Rivera, reposan ya en el cementerio de San Isidro en Madrid, el lugar elegido por la familia tras la exigencia del gobierno de exhumar los restos para que no ocuparan "un lugar preeminente" en la Basílica del Valle de los Caídos, ahora Valle de Cuelgamuros. La Ley de Memoria Democrática del gobierno de Pedro Sánchez dice,

Los restos mortales de dirigentes del golpe militar de 1936 no podrán ser ni permanecer inhumados en un lugar preeminente de acceso público, distinto a un cementerio, que pueda favorecer la realización de actos públicos de exaltación, enaltecimiento o conmemoración de las violaciones de derechos humanos cometidas durante la Guerra o la Dictadura. Corresponderá a las administraciones públicas garantizar lo dispuesto en este apartado.

Se trata de una exhumación de justificación dudosa porque el hijo del dictador Miguel Primo de Rivera no participó en el Alzamiento del 18 de julio ni en en la Guerra Civil porque estaba preso desde marzo de 1936 y fue ejecutado en noviembre.

José Antonio ha sido enterrado junto a sus hermanos Miguel y Pilar.

La exhumación, que ha coincido con el 120 aniversario de su nacimiento (un 24 de abril de 1903), ha sufrido un retraso de más de una hora (se preveía para las 11:30 de la mañana) debido a que los operarios se han encontrado "con un muro de hormigón" que no se esperaban, según han confirmado a Libertad Digital testigos del momento.

La llegada a San Isidro ha sido más discreta, un cortejo fúnebre por carretera, que la de Francisco Franco, féretro trasladado en un helicóptero y con retransmisión en directo de TVE. Ésta habría sido una de las condiciones, la intimidad, de la familia al gobierno para acceder al traslado de los restos. De todos modos, el Gobierno lo ha vuelto a programar en vísperas de la campaña electoral de las elecciones del próximo 28 de mayo.

Han presenciado estos trabajos más de setenta familiares del político fusilado en la cárcel de Alicante el 20 de noviembre de 1936. Según ha podido saber este periódico, alguno de ellos "ha tenido que ser conducido hasta la Basílica porque no conocía el camino, nunca había ido a visitar la tumba".

La extracción ha comenzado a las seis de la mañana a puerta cerrada y sin presencia de autoridades ni de prensa. Primero se ha tenido que retirar la lápida de granito de 3.500 kilos para acceder a la fosa donde descansaban sus restos desde 1959. Francisco Franco decidió trasladarlo allí coincidiendo con la inauguración del complejo monumental del Valle de los Caídos.

Desenterrado por cuarta vez

Con este traslado de los restos al cementerio de San Isidro, Primo de Rivera es exhumado por cuarta vez. Primero fue enterrado en una fosa común, luego se le sacó y se le enterró en el cementerio de Alicante. Cuando acabó la guerra miembros de la Falange le llevaron a hombros, el ataúd, durante 450 kilómetros en una peregrinación con salvas hasta el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y de ahí en 1959 a la Basílica del Valle.

El prior de la abadía benedictina, Santiago Cantera, ha rezado un responso junto a los descendientes de Primo de Rivera. En San Isidro se ha celebrado otra misa.

Más periodistas que joséantonianos

Desde primera hora de la mañana decenas de periodistas se han instalado frente a la entrada principal del cementerio de San Isidro. Doblaban en cifra a los joseantonianos que han acudido a la última exhumación de Primo de Rivera y a los que se ha situado a varios metros de la entrada principal, al otro lado de la carretera. Algunos habían venido incluso de Valencia. Uno de ellos ha atendido a los medios entre gritos e insultos de sus camaradas muy críticos con la labor periodística. Los que han querido hacer declaraciones manifestaban su desacuerdo con la decisión de la familia de trasladar los restos del líder de Falange y de obedecer así el deseo del Gobierno. Se les ha tachado de "cobardes" y "traidores".

Pedro Sánchez ofreció a la familia la posibilidad de que los restos pasaran a un lateral de la la Basílica, a una fosa común. Además, según se ha manifestado, el objetivo es desacralizar el cementerio de Cuelgamuros y los descendientes querían que siguiera estando en uno religioso y no civil.

Un problema de seguridad

Como ha podido saber LD, días previos a este evento preparado por el gobierno han acudido a San Isidro partidarios de Primo de Rivera y "se han oído cánticos" falangistas. La nueva tumba está a ras de suelo, no se trata de una cripta familiar con acceso restringido como la de Franco por lo que cualquiera puede acercarse hasta ella. En el entorno cercano a la familia se teme que pueda ser profanada.

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Pegatina en las inmediaciones del cementerio de San Isidro

Una vez que ha llegado la comitiva funeraria, en las puertas del camposanto se han vivido momentos de forcejeo entre falangistas, brazo en alto, ataviados con camisas y polos azules, que coreando el nombre del político han intentado acceder al recinto. Miembros de Policía Nacional han logrado impedirlo, de momento. En las farolas más cercanas se han pegado pegatinas con la cara de Pedro Sánchez y la inscripción "profanador de tumbas".

Se han escuchado gritos de "Arriba España" y "José Antonio presente". La ley de Memoria Democrática prohíbe, bajo pena de multa, la exaltación de la guerra civil y de sus dirigentes. Primo de Rivera fue encarcelado meses antes del levantamiento del 18 de julio y fue fusilado cuatro meses después de estallar la guerra.

Sólo como curiosidad, "José Antonio" o "Primo de Rivera" ni siquiera eran tendencia en Twitter cuando han llegado los restos a San Isidro.

Con José Antonio son tres los cuerpos desenterrados al amparo de la Ley de Memoria socialista. Franco en 2019 y el general Gonzalo Queipo de Llano en 2022. En el punto de mira están el general José Moscardó y el teniente coronel Jaime Milans del Bosch, enterrados en el Alcázar de Toledo.

Mañana desde las 9 de la mañana estará abierto al público el cementerio y la Policía Nacional, que aun permanece esta tarde custodiando el acceso, asegura que desconocen cómo será la guardia del lugar.

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