Una de las series más exitosas de detectives de los últimos años es Bosch, protagonizada por Titus Walliver y emitida en Amazan. Se trata de un personaje creado por Michael Connelly (Filadelfia, 1956), periodista de sucesos en Los Ángeles Times. Así es como conoce el trabajo cotidiano de los policías: es su gran fuente de información verosímil. Siempre quiso ser novelista de misterio.
Tiene una veintena de novelas, pero una recomendable para empezar serie La habitación en llamas, que publica Alianza editorial. Harry Bosch deberá resolver el asesinato de un tipo al que le dispararon diez años atrás y que tiene implicaciones políticas. Cuando la investigación gana velocidad, conduce a otro caso sin resolver en el que todavía hay más en juego: las muertes de varios niños en un incendio ocurrido veinte años atrás.
Para Stephen King, Bosch es "el mejor detective de ficción creado nunca". Su nombre está tomado de Jheronimus Bosch, conocido como el Bosco, pintor holandés. Está basado en el modelo de Philip Marlowe de Raymond Chandler, pero sin su estilo brillante, más tradicional.
El personaje estuvo en Vietnam y es policía en Los Ángeles, de la Unidad de Casos Abiertos. Por delante, 10.000 homicidios no resueltos en 50 años, una tarea imposible. Los casos casi siempre se basan en hechos reales.
Tiene un pasado complejo, por ser hijo de una prostituta asesinada y sufrir maltratos en un reformatorio. En la actualidad, es un padre divorciado, con una hija adolescente y complejo de no atenderla suficientemente. Acumula fracasos sentimentales: usa para sus investigaciones a su exmujer, analista de datos y jugadora profesional de póker.
Usa en sus casos mucha tecnología: ADN, balas, huellas, móviles, forense…y lucha continuamente contra la burocracia policial, malos jefes, FBI, políticos corruptos y periodistas sensacionalistas.
Diferencias entre el libro y la adaptación
Es un tipo de novela muy tradicional y minuciosa, con un ritmo aparentemente lento, con la ventaja de que es verosímil, con muchos datos, muchos personajes caracterizados con sencillez, una trama complicada, pero sin dejar cabos sueltos. No contiene adornos literarios innecesarios.
En cuanto a la serie, contiene violencia y sexo, pero son sugeridos más que vistos, aunque se asoma a fondos psicológicos complejos. No tiene el ritmo frenético habitual, sino que se toma su tiempo, presenta a personajes, entiendes todo sin problemas y todo es verosímil. No manda el efectismo sino el estudio psicológico de los personajes con los que te familiarizas. Cada temporada son nueve o diez episodios para resolver dos únicos crímenes, lo que equivale a una novela.
MICHAEL CONNELLY: LA HABITACIÓN EN LLAMAS, Madrid, Alianza Editorial, 2017, 400 págs, 18 euros. ISBN: 978-84-9104-745-2.