
Rosalía está a vuelto a posicionarse en lo más alto de la industria musical con el lanzamiento de su nuevo disco "Lux" el cual, ya se puede escuchar en todas las plataformas. Desde que desveló el título y la portada del álbum, las redes y los medios no han dejado de especular sobre el contenido de este trabajo, que in duda puede ser el más personal, arriesgado y profundo de su trayectoria.
En plena gira de promoción, Rosalía se ha mostrado más introspectiva que nunca. La intérprete de Motomami parece haber dejado atrás la energía frenética de aquella etapa para abrir una nueva página marcada por la espiritualidad y la búsqueda interior. "Lux nace de una necesidad espiritual", explicó en una entrevista reciente con el DJ neocelandés Zane Lowe. "Como artista, hay una conexión entre el vacío y la divinidad. Si haces espacio, quizás algo o alguien que está por encima de ti puede llegar y pasar a través de ti."
Estas palabras reflejan una faceta menos conocida de la cantante: la de una mujer que reflexiona sobre el sentido de la creación, la fe y la trascendencia. Rosalía reconoce que lleva tiempo explorando estos temas y que incluso, de no haberse dedicado a la música, habría elegido otro camino igualmente espiritual: "Si no tuviera una carrera musical, probablemente estaría en la universidad estudiando teología. Me gustaría ampliar mis horizontes y comprender cómo las personas entienden la santidad de forma diferente", comentaba.
La artista ha reconocido que la influencia de figuras como Leonard Cohen ha sido decisiva en este proceso. Rosalía ha citado al poeta y cantautor canadiense como una de sus mayores inspiraciones durante los últimos tres años, desde el final de la era Motomami. "Cohen decía: "Olvida tu ofrenda perfecta, todo tiene una grieta, así es como entra la luz". Esa frase me marcó profundamente, y por eso el disco se llama Lux", explicó la artista. El título, que significa "luz" en latín, es una metáfora sobre la belleza que se esconde en la imperfección y en las heridas que nos definen.
Tras el fenómeno que supuso Motomami, Rosalía necesitó bajar el ritmo y reencontrarse con el estudio desde otra perspectiva. Durante ese paréntesis, se dedicó a leer, reflexionar y profundizar en cuestiones espirituales que terminarían marcando el rumbo de su nuevo trabajo. "Después de Motomami necesitaba parar,", ha contado la artista, que en ese proceso transformó su curiosidad en la base creativa de LUX.
El nuevo álbum se presenta como una obra sin fronteras. Rosalía canta en trece idiomas —entre ellos latín, árabe, ucraniano, mandarín, francés e italiano—, cada uno ligado simbólicamente a una figura femenina histórica. "Cada lengua me evocaba a una mujer distinta: Juana de Arco, Sun Bu'er, Olga de Kiev", explicó. El proceso fue largo y meticuloso: escribir, reescribir y volver a grabar hasta que todas las piezas encajaran. "Fue como montar un rompecabezas", admite, recordando un año entero de trabajo centrado casi exclusivamente en las letras.
En el plano sonoro, LUX representa una evolución radical. Rosalía se propuso experimentar con un enfoque más orquestal, apostando por una instrumentación y unas estructuras que rompen con todo lo anterior. El resultado mezcla con naturalidad elementos de música clásica, flamenco y electrónica, creando un paisaje sonoro tan diverso como ambicioso. "La manera de escribir y de construir las canciones es completamente diferente a todo lo que había hecho", "Escribo desde la intuición, sin saber exactamente qué saldrá, y me dejo sorprender por cómo suenan las palabras en otros idiomas." comenta, dejando claro que su afán por innovar sigue intacto.
El proyecto comenzó a tomar forma hace más de un año, aunque Rosalía empezó a hablar de él públicamente a mediados de octubre, en el podcast Radio Noia de Mar Vallverdú: "Yo tengo un deseo que este mundo no puede satisfacer", confesó entonces, una frase que hoy cobra sentido al conocer la dirección que ha tomado su nueva obra. La artista ha hablado abiertamente de su fe y de su forma de entender la conexión con lo divino, asegurando que "Dios es el único que puede llenar los espacios si uno tiene la predisposición y la actitud para abrirse". También ha descrito con ternura su admiración por la vida religiosa, afirmando que las monjas son "ciudadanas celestiales".
Después de meses de encierro creativo, largas jornadas de estudio y revisiones minuciosas, el proyecto tomó forma definitiva con la participación de la Orquesta Sinfónica de Londres, encargada de grabar las partituras finales y convertir el nuevo disco de Rosalía en una auténtica obra de arte en todos los sentidos.




