
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se encuentra en estos momentos en pleno proceso de captación de talento. No hay cifra oficial sobre el número de miembros que forman parte del mismo, aunque el número estaría rondando entre los 3.000 y 3.500 miembros. Así lo han dejado caer en varias ocasiones tanto la ministra de Defensa, Margarita Robles, como la propia secretaria de Estado-directora del CNI, Esperanza Casteleiro.
Esa cifra está muy lejos de otros servicios de inteligencia occidentales. Los agentes al servicio de las agencias equivalentes en Francia, Alemania o Reino Unido duplican las cifras españolas. La todopoderosa CIA estadounidense tiene en plantilla, según los últimos datos oficiales, a más de 20.000 personas. No ayuda, desde luego, el bajo presupuesto que ha tenido la institución desde su puesta en marcha.
Los últimos presupuestos aprobados por el Gobierno, los de 2023, entregaron al CNI un total de 337 millones para su gestión presupuestaria, una cifra récord nunca antes alcanzada. Ese mismo año, por ejemplo, la Cuenta Única de Inteligencia (SIA, por sus siglas en inglés) que recoge el presupuesto de todos los servicios de inteligencia británicos (MI5, MI6 y GCHQ) se situaba en los 3.600 millones de libras esterlinas. Cifras a años luz.
Otro dato más llamativo. El CNI mantiene desde el año 2013 una partida inamovible de 19,8 millones de euros para hacer frente a sus gastos reservados. No ha aumentado ni un ápice en más de una década. El lado positivo para el centro es que el Plan Sánchez aprobado el pasado mes de abril para alcanzar el 2 por ciento de inversión en Defensa destinaba un extra de 106,36 millones de euros para su presupuesto de 2025.
Fruto de esta aparente bonanza, los servicios secretos españoles están buscando hacerse con nuevos talentos. En estos momentos admiten candidatos en hasta 12 ramas diferentes a través de su página web: inteligencia, idiomas, tecnología de la información y comunicaciones, operativa, seguridad, administrativa, infraestructuras, recursos humanos, sanitaria, recursos económicos, asesoría jurídica y mantenimiento y servicios generales.
En algunos de estos apartados avisan de que se va a celebrar una convocatoria inminente. Se trata, por ejemplo, de puestos para oficial superior de inteligencia, técnico humint, gestor de compras tecnológicas, ingeniero de criptología, ingeniero de desarrollo de software, ingeniero de seguridad TIC, técnico en electrónica, técnico fotointérprete, técnico informático, técnico investigador en fuentes abiertas o ingeniero en infraestructura y sistemas.
El mismo aviso se encuentra también para las convocatorias de técnico de telecomunicaciones, técnico desarrollador de aplicaciones, ingeniero de comunicaciones, agente operativo técnico, técnico operativo, agente de protección de instalaciones, técnico económico, técnico de mantenimiento (climatizador), auxiliar de mantenimiento (cerrajeros, fontaneros y electricistas) o para mozo de almacén.
En la descripción de cada puesto se explica qué requisitos deben cumplir los candidatos. Algunos de ellos muy llamativos, pero con sentido. Para las ofertas de agente operativo técnico se buscan personas con titulaciones técnicas en ámbitos como la informática, electrónica, electricidad, electromecánica u obra civil, pero también se necesitan expertos en otros menesteres como la imagen y sonido, cerrajería, textil, artes gráficas, madera, muebles y corcho (y esto no es precisamente para el mantenimiento de las instalaciones propias).
Los futuros "oficiales operativos superiores" deben tener un curso de operaciones especiales en el ámbito militar o policial, por lo que su acceso queda restringido a ex miembros del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra, la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada, el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire, los GEO de la Policía Nacional y la UEI de la Guardia Civil.
Hay algunos puestos que están reservados para militares o miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero la inmensa mayoría están abiertos a cualquier ciudadano. De hecho, el 76 por ciento del personal del centro es civil, mientras que el 18 por ciento proviene de las Fuerzas Armadas y el 6 por ciento restantes es de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

