Dennis Rodman, uno de los jugadores más laureados de la NBA y estrella, entre otros, de los Bulls, Lakers y Pistons de los 90, continúa su caída sin frenos hacia el infierno. Siempre polémico, su vida parece estar cerca de tocar fondo.
El exjugador tuvo que acudir a un tribunal para responder por el impago de la manutención de su familia, después de que su tercera esposa le exigiera más de 800.000 dólares. Rodman, incluso, podría terminar en prisión, al no poder afrontar el pago.
"Dennis está arruinado", dijo su asesora financiera Peggy Williams, "además, está lesionado y enfermo extremo. Aunque Dennis es una persona muy cordial, es alcohólico". Las palabras encajaban perfectamente con la última imagen de Rodman en público, hace unos meses, cuando en la celebración por entrar en el Salón de la Fama del baloncesto dijo, entre lágrimas, "este juego fue una bendición para mí, podría haber sido un vendedor de drogas y una persona sin hogar".
El exjugador lo desmiente
No obstante, Dennis Rodman se ha apresurado en desmentir las palabras de su asesora. "Yo no gané dinero como Michael Jordan y Scottie Pippen. Hice una carrera decente en la NBA y... ¿arruinado? No, no estoy arruinado", dijo el Gusano.
"No soy un hombre enfermo. Le gente cuenta esas cosas sobre mí desde 1995. 'Dennis sale mucho de fiesta', 'Dennis hace esto', 'Dennis hace lo otro'... Yo seguiré haciendo lo que tengo que hacer", explicó sobre su estado de salud". "Tengo 50 años y me siento bien", sentenció, queriendo apartar su imagen de la típica estrella con problemas de drogas. Pero su situación judicial no indica exactamente lo mismo...