María de Villota, piloto de Fórmula 1: "Ves los ojos con los que te ve tu familia, tu novio, que parece que eres como un milagro y vas viendo que realmente ha sido algo inaudito y que te encuentras bien. Y te das cuenta que ves más que antes porque yo antes sólo veía la Fórmula 1. Yo antes sólo me veía encima de un coche compitiendo y no veía lo que era realmente importante en la vida, ¿no? La claridad de decir, estoy viva y que en ese momento no estaba valorando lo más grande que es que esa persona que estaba allí me había salvado. Así que, este ojo me ha devuelto el norte, me ha devuelto lo importante que es y lo tomo así, lo tomo con esa energía de decir esta nueva oportunidad la voy a vivir al 100%".
"En ese momento estaba destapado y yo me vi y vi la cara de mi madre, que es una mujer guapísima y que estaba muy preocupada por mi estado y por cómo yo me vería, y yo me quedé aterrada pero mirándola a ella me quedé más impactada por lo que ella estaba sufriendo por mí. Y entonces hice una gracia y le dije al espejo, quita bicho. En ese momento yo tenía 104 puntos en la cara, tenía el ojo tapado y mi cara era horrible como os podéis imaginar".
"Y me sentía que nadie me iba a querer. Todos los pilotos, la muestra de cariño que he tenido ha sido increíble, mensajes, cariño, ánimos de la gente que me han sobrecogido y que han hecho que hoy cuando me miro al espejo esté orgullosa porque realmente pienso que mi aspecto actual dice mucho más de quién es María de Villota, del aspecto que decía anteriormente el mío. Es decir, yo llevo mi historia y la llevo con muchísimo cariño y orgullo y os doy las gracias a todos por este empujón".