La pesadilla que vivieron los pilotos en Qatar: quemaduras, visión borrosa, desmayos...

El calor extremo convirtió el Gran Premio de Qatar en un auténtico infierno para los pilotos. Fernando Alonso pasó uno de los peores ratos en su larga trayectoria en el Gran Circo, llegando a pedir incluso a sus mecánicos que le echaran agua: "Lo intenté, pero es algo que no está permitido".

Su asiento estaba ardiendo durante la carrera y el asturiano terminó pagándolo muy caro con ligeras quemaduras en el glúteo y el brazo derecho.

"No me pudieron ayudar en eso. A partir de la vuelta 15, el asiento estaba muy caliente, y tengo una ligera quemadura en el lado derecho. Las condiciones han sido muy extremas y eso no nos ha ayudado" aseguraba el bicampeón del mundo en Sky Sports tras la carrera.

A sus 42 años, el estado físico de Alonso es portentoso, lo que le ayudó a evitar males mayores, como los que padeció un Alex Albon que tuvo que ser atendido en un centro médico.

Auténtica pesadilla en Qatar

Los pilotos tuvieron que someterse a una sensación térmica de más de 40 º y una humedad superior al 70%. Las consecuencias de esta auténtica salvajada fueron desde visión borrosa, deshidratación e incluso desmayos.

El primer susto lo dio Logan Sargeant. Avisó a su equipo al decirles que no se encontraba bien. Rápidamente, el jefe de Williams, James Vowles, le decía que podía retirarse: "Es tu decisión. No hay que avergonzarse por parar si te sientes mal". El estadounidense consiguió llegar hasta su box donde su equipo tuvo que ayudarle a salir del coche, estaba totalmente exhausto. Fue trasladado al centro médico donde lo evaluaron y dieron de alta después de sufrir una deshidratación intensa y debilitarse por tener síntomas similares a los de la gripe a principios de semana. Hay que recordar que los pilotos llevan algo de agua durante las carreras, pero en Qatar ese agua esta hirviendo.

Todos los pilotos vivieron una pesadilla, pero algunos un auténtico infierno. Ocon dijo que estuvo vomitando durante dos vueltas, Stroll se acercó a la ambulancia una vez consiguió levantarse de su asiento, algo desorientado. "A falta de 20 vueltas mi condición empezó a empeorar, me estaba desmayando en el coche", mientras Russell describía su intento por refrescarse abriendo su visera o soltando sus manos del volante en las rectas: "Abres la visera y parece que tienes un secador caliente en la cara".

El Gran Premio de Qatar llevó al límite a los pilotos en una carrera que tardarán en olvidar. "Ha sido como si estuvieses en una sauna y empujas tu cuerpo al límite. Quería salir, así me he sentido desde la vuelta 20", reflejó a la perfección un exhausto Russell.