Ahora, con David Moyes fuera del vestuario del Manchester United, se empiezan a filtrar algunas de las posibles causas del despido del entrenador escocés. Más allá de los aspectos deportivos, la unión con sus jugadores no era la más idónea para llevar a buen puerto a los diablos rojos. Filtraciones, acusaciones, y malas palabras eran el día del vestuario del Old Trafford.
Según cuenta el diario británico Daily Mail, a principios de temporada uno de los jóvenes de la plantilla filtraba noticias a uno periódico nacional del Reino Unido. Sin que sepamos su nombre, sí se sabe que Moyes le amonestó. Pero en ningún momento mostró su mano dura. Éste sólo era uno de los numerosos capítulos del cuento convertido en pesadilla durante la estancia de Moyes en el Teatro de los Sueños.
La más clara ocurrió en el partido de octavos de final de la Champions, ante el Olympiacos griego. En Atenas, hacia los últimos minutos de encuentro, en la ida, Moyes discutía con el cuarto árbitro, cuando éste se acercó y le amonestó verbalmente. De repente, desde el banquillo, alguien dijo "expúlsenlo, estaríamos mejor sin él". Un jugador sin identificar, una frase que sorprendió a los demás. Pero tampoco fue un hecho aislado.
Libro de autoayuda
A la vuelta de ese partido, durante el vuelo, el técnico escocés, alejado de sus jugadores, se encontraba leyendo un libro de autoayuda para gestionar grupos. Pero otro miembro de la plantilla espetó: "Somos los campeones de la Premier. ¿Por qué diablos necesitaría nuestro entrenador un libro para aprender a manejarnos?". Pues parece que la respuesta estaba en la mala relación que desde principios de temporada se comentaba que tenía con jugadores como Wayne Rooney, con el que coincidió en el Everton, y que cerca estuvo de provocar la marcha del delantero. También se comentaba que no tenía feeeling con otros pesos pesados de la plantilla como Rio Ferdinand o Robin Van Persie, algo que el escocés tuvo que desmentir en reiteradas ocasiones.
Además, desde fuera del vestuario de los red devils se comentaba que estas situaciones no ocurrían con el anterior entrenador, Alex Ferguson. Casos de indisciplina como el del japonés Kagawa, que camino al partido de vuelta de cuartos de la Champions, apareció tarde en el aeropuerto donde estaba el resto de la expedición. Según cuenta, el centrocampista japonés irritó a su técnico, no sólo por el retraso, sino porque llegó con una sonrisa burlona, dando a entender que no le molestaba el llegar tarde.
Y antes de ésa, en enero, Moyes decidió llevarse a la plantilla a Dubai a entrenar, e incluso les permitió una noche libre. Un tiempo de asueto que algunos jugadores de la plantilla aprovecharon para salir de fiesta y llegar al hotel a las 5 de la mañana, despertando a otros huéspedes. Los diablos rojos, sin la mano de Ferguson, fueron más diablos que nunca con su nuevo entrenador. Ahora, las riendas, las lleva un veterano del vestuario, Ryan Giggs, que conoce a los suyos, donde hay dos españoles, De Gea y Juan Mata.