
El duelo entre el Real Oviedo y el Rayo Vallecano en el Carlos Tartiere terminó con el mismo marcador con el que empezó: 0-0. Un partido áspero, marcado por el control alterno y por la intervención de dos veteranos en realidades opuestas. Santi Cazorla, con una actuación notable durante una hora, impulsó a los ovetenses hasta la expulsión de Ilyas Chaira, que cortó de raíz la mejor fase de los locales.
En ese momento, el Rayo dispuso de la oportunidad más clara del choque: un penalti lanzado por Isi Palazón que detuvo Escandell. Ni siquiera con superioridad numérica el conjunto de Íñigo Pérez logró desequilibrar el encuentro... El punto dejó al Oviedo hundido en la última posición, empatado a nueve puntos con el Levante, mientras que el Rayo se mantiene en la zona media a la espera del cierre de la jornada 13.
Una de las novedades del encuentro fue el regreso de Sergio Camello al once inicial del conjunto vallecano. El motivo es que el delantero no partía de inicio en Liga desde septiembre, cuando lo hizo ante el Celta. Esto demuestra que su temporada está siendo complicada: apenas siete encuentros disputados, solo dos como titular y ningún gol en su casillero. En cada encuentro, su falta de acierto de cara a portería esta temporada está siendo objeto de críticas, y la competencia interna, con la preferencia habitual de Íñigo Pérez por un falso nueve o por Alexandre Zurawski, ha reducido su protagonismo.
El hecho de no ser el 'favorito' de entrenador esta temporada hizo que, en un nuevo encuentro como titular, Camello buscara reivindicarse en Oviedo, aunque nuevamente sin éxito... Fue sustituido en el minuto 70 por Alemao tras un partido correcto en lo táctico, pero sin peso determinante en el área. Lo que nadie imaginaba es que, horas después, su nombre sería noticia por un motivo muy distinto...
Tras el encuentro, Sergio Camello publicó en sus historias de Instagram una captura de un mensaje recibido por un usuario de la plataforma. En él, se vertían insultos y expresiones violentas dirigidas al jugador, llegando incluso a desearle la muerte. El contenido, que el propio futbolista expuso para denunciar la situación, es un ejemplo extremo del tipo de agresiones verbales que muchos deportistas reciben de forma habitual.
El texto del usuario reavivó el debate sobre los límites del "todo vale" en redes sociales. Camello, sin añadir comentario alguno, optó por mostrarlo tal cual para que sus seguidores y la opinión pública tomaran conciencia del nivel de hostilidad que llega a generar un rendimiento deportivo considerado insuficiente por algunos aficionados.
Condena inmediata del entorno rayista
La reacción no tardó en producirse. Desde el medio especializado Unión Rayo se emitió un mensaje contundente: "No admitimos ni justificamos este tipo de mensaje de odio. No se puede insultar de cualquier modo en las redes sociales simplemente por criticar el rendimiento de un futbolista profesional".
El club, aunque centrado en la preparación del próximo partido, también trasladó su apoyo al jugador y su rechazo a cualquier forma de violencia verbal. En el vestuario, la sensación es unánime: el rendimiento puede debatirse, pero la integridad personal no es negociable.
Cabe destacar que, por desgracia, lo ocurrido con Sergio Camello no es un caso aislado. De hecho, diferentes futbolistas han denunciado en los últimos años episodios similares, con descalificaciones que exceden la crítica deportiva y se convierten en ataques personales. La exposición constante, la inmediatez de las redes y el anonimato de algunos perfiles han creado un entorno donde la toxicidad puede crecer sin control.
No hay que pasar por alto que Camello, de 23 años, atraviesa un momento deportivo complejo, pero también una etapa en la que la presión externa se multiplica. Su gesto de hacerlo público no solo evidencia su hartazgo, sino que invita a reflexionar sobre la responsabilidad colectiva en un contexto donde los jugadores son profesionales… pero también personas.

