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¿Hay luz en el ciclismo español?

No hay un relevo generacional detrás de los grandes nombres, la no salida del equipo de Alonso no ayudó. Y en un año sin casos de dopaje.

Alejandro Valverde y Movistar Team. Un tándem único que ha conseguido acabar la temporada como número uno. El ciclista, como el mejor del año; el equipo, también. El uno y el otro se necesitaban, y eso ha provocado que el murciano y la escuadra telefónica sean considerados los números uno, tanto a nivel individual como colectivo. Porque el uno ha necesitado al otro, y viceversa.

Sin los puntos conseguidos por el de Las Lumbreras, la escuadra que dirige Eusebio Unzué no estaría en la primera posición del ranking UCI. Y sin el apoyo del equipo, Valverde no estaría en lo más alto de esa clasificación. De febrero a octubre luchando por victorias en todo tipo de carreras, destacando la Flecha – Valona, la Clásica de San Sebastián y una etapa, más el tercer puesto final, en la Vuelta a España, además de ser cuarto en el Tour de Francia, o campeón de España contrarreloj. Con estos resultados (en total, 40 veces ha acabado este año entre los diez primeros), Valverde ha superado a Alberto Contador, sumando así su tercer premio UCI World Tour.

En cuanto al equipo, además de lo del murciano, hay que añadir el Giro de Italia conquistado por el joven colombiano Nairo Quintana (primera Gran Vuelta para Movistar) como la gran carrera conseguida por el conjunto telefónico. En total, 1.440 puntos, con los que ha superado al equipo estadounidense BMC Racing (1.212) y al ruso Tinkoff-Saxo (1.186 puntos), 2º y 3º respectivamente.

¿Hay relevo por detrás?

Ahora bien, tras ver las luces, toca analizar las sombras. Valverde ya tiene 34 años, y el Movistar Team es el único equipo español en la primera división del ciclismo mundial. Entramos, por tanto, en un asunto pantanoso, donde el presente y (casi que también) el futuro más inmediato siguen pasando por los mismos nombres: el del murciano, junto a Alberto Contador y Purito Rodríguez, que ya avisan los dos de sus intenciones de pelear por el próximo Tour. Es decir, dos ciclistas de 31 (32 cumplirá el pinteño el próximo 6 de diciembre) y 35 años. Al del Tinkov-Saxo todavía le queda ciclismo en sus piernas, y seguramente más de una o dos grandes por conquistar. Pero al catalán se le empieza a hacer pesada la edad. Igual que al murciano.

Y por detrás no hay relevo. Porque los nombres que han fascinado en los últimos meses en el ciclismo mundial por su juventud son todos foráneos: Quintana, Kwiatkowski, Sagan, Aru, Bardet o Pinot. Más alguno que pueda llegar, además de los Nibali (30) o Froome (29), más jóvenes que cualquiera de los tres grandes nombres españoles.

Por parte nacional, sólo aparecen, y en la lejanía, los nombres de Ion Izaguirre (25), Jesús Herrada (24) y Rubén Fernández (23). Pero a la sombra de sus jefes de filas, Quintana y Valverde, lo que puede frenar su progresión. Otros nombres que destacarán en los próximos años serán los de Juanjo Lobato (26 en diciembre) y Carlos Barbero (23), que están llamados a pelear por las victorias de etapa en las volattas.

Falta de equipos españoles

Además, al Movistar el único equipo español en esa primera división, las salidas para poder triunfar son más complicados. Los sub 23 que destacan tiene que salir a través del Caja Rural, equipo navarro que está en Profesional Continental, y que cuenta con un filial del que surtirse.

Por fortuna, no sólo Caja Rural sigue. También lo hace el Burgos BH, aunque éste en la tercera categoría del ciclismo mundial. Y junto a éste, la única luz que encontramos, con la creación del equipo vasco Murias, que sigue los pasos dejados por al Fundación Euskadi. Es poco, pero es algo. De lo grandes años de bonanza con hasta nueve equipos en el 2006, ahora contamos con dos entre la primera y la segunda división, y otros dos en tercera.

¿Qué pasó con el equipo de Fernando Alonso?

La pena, claramente, la no salida a escena del FACT (Fernando Alonso Cycling Team), que aparecería con capital español, dando cabida a algunos de los mejores del mundo, pero también a otros talentos españoles, en lo que supondría esa puerta al futuro que mucho jóvenes buscan.

Una situación precaria que tiene que servir para ayudar a la hora de buscar patrocinadores que quieran entrar en el ciclismo. Y éste, más allá de lo obtenido (primeros con Valverde, Movistar Team y por países), debería haber sido un buen año para que alguno se lo replanteara, teniendo en cuenta que tras mucho tiempo de aguda marejada en cuanto a cuestiones de dopaje, este año, por fin, eso ha quedado en un segundo plano.

Un año sin problemas de dopaje

No se cuestiona ningún podio de las grandes vueltas, ni ha hecho falta revisar casos pasados. Parece que ahora sí, aunque en voz baja por temor a que salte la liebre, se puede empezar a hablar de un ciclismo que empieza a cambiar. Sólo los casos de los hermanos Iglinskiy, ambos por EPO (pertenecen al Astana de Nibali, ganador del Tour); o los problemas con el pasaporte biológico de Roman Kreuziger (del equipo de Contador) y que apenas le ha permitido correr desde junio, muestran un lunar dentro de un camino asfaltado y limpio.

Pero sin dinero y sin equipos, por suerte, podemos seguir confiando en los Valverde, Purito y Contador. Ellos mantendrán el pabellón español alto, aunque por edad, no por mucho tiempo. Se busca la luz para el futuro del ciclismo español.

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