
La Vuelta a España ha estado marcada por los altercados y la última etapa no estuvo exenta de ellos. El caos se apoderó de la carrera ciclista en su llegada a la capital del país y tuvo que ser suspendida a la altura del Palacio Real. Los ciclistas montaron sus bicicletas en los coches de los equipos y se retiraron, no hubo podio ni foto oficial de los ganadores, pero echaron mano del ingenio para tener una imagen para el recuerdo.
En el parking del hotel en el que se alojaban el equipo Visma y Q36.5, se improvisó un podio para que los ganadores y resto de participantes pudieran celebrar juntos. Jonas Vingegaard, Joao Almeida y Tom Pidcock subieron a las neveras portátiles, rellenadas por dentro, en las que aparecían pintados los números '1, 2 y 3', levantaron sus trofeos y posaron para que las cámaras inmortalizaran una imagen que seguro quedará guardada en la historia.
El director de Visma se encargó de imponer el maillot rojo a Vingegaard, Almeida ascendió con los colores del UAE y Pidcock lo hizo con el maillot amarillo de Q36.5. Jay Vine – maillot de montaña –, Mads Pedersen – maillot verde de la clasificación por puntos – y Matthew Riccitello – maillot de mejor joven –. Además, los ciclistas de Emirates Árabes Unidos se unieron a la fiestas por la clasificación general por equipos.
¿Quién dijo que no había podio? 😁🍾
Los equipos de #LaVuelta25 improvisaron un podio en la puerta del hotel y los ganadores pudieron celebrar todos juntos. De esto se trata el ciclismo. 👏🫂 pic.twitter.com/p2VjBpO0Mk
— ESPN Ciclismo (@ESPNCiclismo) September 14, 2025
Vingegaard hizo historia al convertirse en el primer danés en el libro de oro de La Vuelta y en la ceremonia improvisada no faltó prácticamente nada. Un telón de publicidad, que habitualmente se utiliza para las entrevistas en meta, fue usado de fondo y hubo música para amenizar la entrada de los corredores y todo el momento en general, incluso cava para festejar. Tampoco escasearon los aplausos y vítores por parte de los integrantes de los equipos.


