
Uno de cada cinco coches que Ford vende en Europa en un SUV. Dispone en el mercado del EcoSport, el Kuga y el Edge y es este último el que, después de dos años en el mercado, se actualiza con novedades que afectan al diseño, el comportamiento, la tecnología y la gama mecánica. El Ford Edge recibe ligeros retoques estéticos, como una parrilla más ancha y faros LED de serie y está disponible en los acabados Titanium, ST-Line y Vignale.
Mejora en el apartado de ayudas a la conducción y seguridad con sistemas como el Control de crucero adaptativo con Stop & Go y centrado de carril; el Freno postcolisión, el Asistente de maniobra evasiva, la Iluminación frontal adaptativa o el Asistente precolisión con detección de peatones, entre otros. También estrena un sistema de Tracción total inteligente con desconexión de tracción a las cuatro ruedas, que cambia automáticamente entre la tracción a las dos ruedas y la tracción 4x4 según sea necesario, de forma que se optimiza la conducción y se mejora la eficiencia de combustible.
También se actualiza el interior con un panel de instrumentos digital personalizable, asientos delanteros calefactados y refrigerados, asientos traseros y volante con calefacción y botón eléctrico de freno de mano. Y en el apartado de conectividad, incluye FordPass Connect con wi-fi hasta para diez dispositivos; SYNC 3 compatible con Apple CarPlay y Android Auto con pantalla táctil de 8 pulgadas; bandeja de carga inalámbrica y sistema de sonido Bang & Olufsen.
En cuanto a la mecánica, estrena el motor biturbo EcoBlue 2.0 litros y 238 caballos, que se combina con una nueva caja de cambios automática de cambio rápido de ocho velocidades y deja el gasto en 6,7 l/100 km. Este motor también está disponible en potencias de 150 CV y 190 CV.
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