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Alonso se queda lejos en casa y la victoria de Verstappen aburre

Carlos Sainz y Fernando Alonso, tras la disputa del GP de España en Montmeló.
Carlos Sainz y Fernando Alonso, tras la disputa del GP de España en Montmeló. | EFE

Montmeló siempre es un circuito que gusta ver en clasificación pero que los domingos suele ser algo estático, por no decir aburrido. Este año, en que se celebraba el gran premio 33 en busca de la victoria número 33 de Fernando Alonso, las cosas no salieron como la mayoría del público que abarrotó el circuito esperaba.

La novena posición del asturiano en parrilla en un circuito donde es muy difícil adelantar presagiaba un domingo complicado y largo, pero los Mercedes hicieron que lo fuera, si cabe, un poquito más. Tanto Russell como Hamilton, segundo y tercero respectivamente, fueron un muro para el resto de pilotos y una pesadilla para Sainz que no pudo defenderse. De hecho, Sainz, más allá de la salida donde dio la sensación que podía superar a Verstappen por el exterior, apenas pudo contener el empuje de los de atrás y terminó quinto... y gracias.

El piloto madrileño se sigue quejando de la falta de prestaciones del monoplaza rojo; no sólo no es un coche con el que se pueda atacar sino que, como él mismo decía tras el gran premio, ni siquiera le permitía defenderse de los Mercedes, que no tardaron en dar buena cuenta de él. Parece que Mercedes ha acertado con las últimas piezas y evoluciones que han puesto sobre la pista, aunque en Canadá podría ser diferente.

Tampoco fue el día de Aston Martin, que se tuvo que conformar con terminar, recoger algunos puntos y poco más. Lo cierto es que, salvo que la lluvia hubiera hecho acto de presencia, era muy difícil que Fernando pudiera escalar mucho desde la octava posición desde la que salía. Ni siquiera las modificaciones hechas en la última curva han permitido ver grandes luchas en pista, y ha sido de nuevo los boxes y las paradas la mejor opción de los equipos para ganar posiciones. Pero el día para los de verde fue plano y gris.

Y por último Max Verstappen, que estuvo en otra liga. La superioridad fue tan grande que el piloto de Países Bajos, aburrido de no tener competencia, se entretuvo al final del gran premio en hacer la vuelta rápida y agrandar así su ventaja al frente del liderato por el Mundial. Parece poco probable que el bicampeón alcance su tercer título, y decir esto cuando aún no hemos llegado a la mitad del campeonato ni es bueno, ni es divertido.

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