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Hamilton y la maldición rusa de Abu Dhabi

Hamilton y la maldición rusa de Abu Dhabi.
Hamilton y la maldición rusa de Abu Dhabi. | Cordon Press

Después del final del película que vivimos el pasado domingo en Yas Marina, solo faltaba añadir un elemento más para la trama, la maldición rusa. Una maldición que si me apuran podría ser también la del propio Michael Schumacher, o la Red Bull y me explico.

Hace diez años, durante la primera temporada de Fernando Alonso con Ferrari, el asturiano llegó a Abu Dabhi, al último gran premio, con opciones de ganar el Mundial frente a los Red Bull. En su caso, no fue tan apretado como en esta ocasión porque Alonso llegaba con ventaja de quince puntos frente a su máximo rival Sebastian Vettel. Una estrategia de Red Bull al despiste en las paradas que se comió del tirón Ferrari provocó que el bicampeón viviera una de los días más amargos de su carrera deportiva. Pero si bien en aquel 2010 Ferrari fue el máximo responsable de haber perdido el Mundial hubo un piloto que ni en la escudería del Cavallino Rampante ni el propio Alonso podrán olvidar nunca, Vitali Petrov.

Por aquel entonces el piloto ruso conducía un Renault, y ante las bajas posibilidades de adelantamientos que ofrecía por aquel entonces el circuito y sin ayudas del tipo del DRS, Alonso se vio condenado a cubrir sus espaladas, no pudo adelantarle y perdió de forma sorpresiva el que debería haber sido su tercer título Mundial.

Este año 2021, los actores habían cambiado, pero se establecen cierta similitudes, una última carrera para proclamar al campeón, un ruso que se interpone por el medio, Red Bull y un récord en el que está involucrado Michael Schumacher.

Hace once años, de haber ganado el Mundial con Ferrari, Fernando Alonso habría superado al Kaiser que tardó cuatro años en proclamarse campeón con la escudería italiana, el asturiano lo habría hecho en su primer año, pero no pudo ser. El domingo pasado, si Latifi no se hubiera estrellado contra el muro Hamilton habría superado a Schumacher en número de Mundiales y se habría convertido en el verdadero y nuevo rey de la Fórmula 1, pero no pudo ser.

¿Pero si en lugar de Michael Schumacher el tapado es Red Bull? El equipo austriaco ya puede nombrar como circuito fetiche el trazado de Yas Marina, en Abu Dabhi, porque allí ha conseguido dos mundiales vitales para ellos y que en el caso del de Sebastian Vettel en 2010 inauguró una época dorada, la del gran Adrian Newey, su fondo plano y los escapes soplados. Ahora Red Bull ha conseguido romper con el dominio de Mercedes, sólo queda ver si es el inicio de algo más grande o solo un espejismo en medio del desierto.

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