En poco más de una semana tendremos la foto que hace meses buscan la mayoría de los fotógrafos de MotoGP, Jorge Lorenzo y Marc Márquez juntos y junto a la nueva Honda 2019. Será el arranque oficial de una historia que quién sabe cómo terminará. Ríos de tinta se han escrito ya sobre estas dos bestias de las motos, que juntos suman 7 mundiales de la categoría reina, y su futura relación bajo el mismo techo. La convivencia a priori no pinta bien, de sobra son conocidas las críticas de Lorenzo sobre la agresividad en pista de Márquez y su rivalidad dentro y fuera de la pista. Y aunque Valentino Rossi asegurará el año de la famosa patada, que Márquez ayudó a Lorenzo para anotarse su tercer Mundial lo cierto es que la relación se ciñe a los estrictamente profesional.

La llegada de Lorenzo a la fábrica del ala dorada es una apuesta segura pero al mismo tiempo arriesgada, por los conflictos que puedan surgir entre los dos pilotos. Muchos se preguntan entonces porqué la fábrica japonesa se complica la vida de esta manera. Fácil, porque Márquez, vigente campeón y piloto a batir, no es eterno, ni inmortal y hace falta plan B y qué mejor que un plan B de la categoría de Lorenzo. Si echamos un vistazo al rendimiento de Honda el año pasado veremos que fue bastante irregular, tanto que la única Honda, o mejor, el único piloto que hizo correr y ganar a la Honda fue precisamente Márquez. EL piloto ilerdense fue el único que pudo plantar cara al resto de motos y eso supone poner todos los huevos en la misma cesta, diversifica y vencerás.

Hasta el año pasado Dani Pedrosa era una pieza útil para Honda, ganaba de vez en cuando alguna carrera, sumaba puntos, apoyaba al líder y sobre todo era y es un gran preparador de motos. Pero el escaso rendimiento del de Cervera y las dudas de Ducati sobre Lorenzo obraron el milagro. Sin miedo y con mucho todavía por demostrar, el mallorquín puso patas arriba el mercado de fichajes dejando a Yamaha colgada y sin el que ha sido, sin duda, el piloto que mejor ha entendido la naturaleza de la moto del triple diapasón. En Honda le seguían viendo como al campeón, algo que ya no pasaba en Ducati que pronto olvidaron los mensajes de paciencia y confianza que prometieron a Jorge cuando este decidió lanzarse a la aventura italiana. El resultado de esta relación ya es conocida pero lo que importa es la aventura que se abre a partir de ahora.

Honda puede presumir de tener en el mismo box al mejor piloto del momento, que ha revolucionado el modo de conducción y la relación del piloto con la moto, y a uno de los pilotos más finos, limpios y rápidos que ha dado no sólo España sino este deporte a nivel mundial. EL próximo 23 de enero la sede de Repsol en España, situada en Madrid, los reunirá a los dos para protagonizar una de las presentaciones más morbosas y espectaculares de los últimos años. Allí será obligado preguntar a los protagonistas si ya han redactado, mirado y firmado algún tipo de tratado de paz o al menos de convivencia. Lo que es seguro es que Lorenzo brillará y Márquez no le dejará ni un segundo de ventaja para respirar. ¿Quién da más?