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Marc Márquez, cada día más lejos de Honda

Marc Márquez, en el circuito de Mugello durante la disputa del GP de Italia.
Marc Márquez, en el circuito de Mugello durante la disputa del GP de Italia. | Cordon Press

Definitivamente la relación que parecía idílica entre Marc Márquez y Honda parece tener los días contados. Cada fin de semana es lo mismo: a la Honda le falta velocidad pero, sobre todo, atesora un gran problema de regularidad, lo que no le permite a Marc hacer la conducción agresiva y ágil que siempre le ha dado tan buenos resultados.

Se trata de una moto inestable y muy traicionera que hace que los pilotos que la montan no puedan estar concentrados en su pilotaje y tengan que estar muy atentos a las reacciones impredecibles del ala dorada. Si bien es cierto que la llegada de la aerodinámica a MotoGP ha traído motos más inestables y difíciles de conducir, lo de Honda es otro universo.

Este domingo en Mugello, donde Ducati ha seguido demostrando que son la élite de este deporte copando el podio y siendo mayoría en el top diez, no ha habido ninguna Honda entre los puntos. Es cierto que la caída de Marc cuando luchaba con Luca Marini por el podio fue fruto de un fallo del español más que consecuencia de una reacción rara de la moto, pero no es menos cierto que la conducción del ocho veces campeón del mundo está condicionada por las carencias de la moto, que son muchas.

Está claro que no sólo Honda, pues el resto de marcas japonesas parece no haber entendido esta nueva era de las motos. Yamaha sufre una crisis similar, sus motos no avanzan y hace mucho que ni siquiera se acercan al podio, y no olvidemos que otro buque insignia japonés, como era Suzuki, se retiró del Mundial el año pasado.

Son muchos los ultimátum que Márquez les ha dado a Honda y nada parece haya sido suficiente, ni para él ni para el resto de pilotos que, en lugar de pilotar, parece que luchan cada fin de semana por no terminar en el suelo. Si no que se lo digan a Joan Mir, que desde que pilota para Honda casi se ha caído más que en el resto de su carrera deportiva.

La paciencia puede que haya llegado al límite y, pese a que Marc acallaba hace unos días los rumores de su marcha de Honda asegurando que su contrato es para dos años, su llegada al motorhome tras la caída en el Gran Premio de Italia lo decía todo. Enfado, decepción y mucha tensión la que se vive estos días en Honda, que tras la carrera cerraron a cal y canto el box, en una inequívoca señal de crisis y nervios que podría concluir con el adiós de Márquez en busca de una montura que le devuelva a la primera posición.

En el paddock el equipo que más suena es KTM, que podría tener el próximo año un equipo enteramente español con Pedro Acosta, que subiría de Moto2, y Marc Márquez probando con una moto que cuenta con la ventaja de contar con Dani Pedrosa como preparador.

Está claro que ya no hay quien soporte esta crisis constante en Honda. La lesión de Márquez, la falta de desarrollo y la falta de entendimiento entre piloto y marca han desembocado en esta situación muy difícil de remontar y que han llevado a Honda a la peor racha de su historia en el Mundial del Motociclismo. La semana que viene en Sanchsenring Marc Márquez tendrá la oportunidad de desquitarse en uno de los circuitos donde siempre gana o, al menos, es claro candidato al triunfo. Si allí las cosas vuelven a fallar, será el detonante que haga saltar todo por los aires.

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