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Marc Márquez, sin frenos y a lo loco

El vigente campeón está sufriendo más de lo esperado con la nueva Honda, más nerviosa e inestable que la moto de la temporada pasada. Viendo a Marc Márquez en Mugello pelearse con cada curva del circuito italiano, y viéndole cruzar la moto para que entrara en la trazada, parece evidente que Honda tiene un problema de puesta a punto, como ya apuntara el propio piloto español antes de la celebración del gran premio. Y cuando vas, no tanto a lo loco sino al límite en cada metro, la caída te sobrevuela demasiado cerca y este domingo de nuevo Márquez ha probado la arena del circuito en carrera. Un nuevo cero que le aleja de los hombres de cabeza, y aunque todavía es pronto para asegurar que el Mundial está perdido, Marc está obligado a no cometer más errores y esperar el error o el bajón de las Yamahas que de momento siguen sin bajarse del podio desde que arrancara el campeonato en Qatar.

La Honda de este año, más corta y demasiado nerviosa en las frenadas fuertes, no parece adaptarse demasiado bien al estilo de conducción de Márquez acostumbrado a cruzar la moto con suavidad en cada entrada a curva. Un trabajo extra para el vigente campeón que por otro lado, y pese a la caída, brindó unas primeras vueltas extraordinarias remontando tan sólo en la salida siete posiciones.

Después de dos años de ensueño este arranque debe estar siendo una pesadilla para el equipo de Márquez, que parece estar reviviendo el primero año de Marc en Moto2, cuando las caídas del inicio le impidieron hacerse con el título pese a dominar la segunda parte de la temporada.

Queda mucha temporada, es cierto, pero Yamaha ha hecho muy buen trabajo en la fábrica y sus dos pilotos son conscientes de la oportunidad que se les presenta. Valentino Rossi luchando por su décimo título y con un estado de forma que hacía años no veíamos; Jorge Lorenzo, que busca olvidar los malos tiempos, ha recuperado su mejor forma y las tres victorias que ha logrado de forma consecutiva le han dado mucha confianza y concentración. Este Lorenzo recuerda bastante al que ganó los dos mundiales que tiene en su palmarés.

Ahora sólo falta Marc, o mejor dicho la Honda. Un paso atrás a veces es todo un acierto, es decir, que si la moto del pasado año funcionaba mejor, y tanto que lo hizo, sólo queda un camino, volver a lo que funcionó y les hizo ser los mejores sin paliativos.

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