
Jannik Sinner sigue en modo imparable cuando el techo se cierra. El número 2 del mundo prolongó este lunes su dominio en superficie cubierta al sumar su 27ª victoria consecutiva tras derrotar con claridad a Felix Auger-Aliassime (7-5, 6-1) en el ATP Finals de Turín.
El triunfo no solo consolida su liderazgo en el Grupo Björn Borg, sino que lo deja a solo dos pasos del registro de Roger Federer, que entre 2010 y 2012 encadenó 29 victorias en pista cubierta. Su próximo desafío será este miércoles frente a Alexander Zverev, que venció en su estreno al estadounidense Ben Shelton.
No hay que pasar por alto que el duelo ante Auger-Aliassime fue una reedición inmediata de la final del Masters 1000 de París-Bercy, disputada apenas nueve días antes y con idéntico desenlace. Si bien, es cierto que el canadiense, uno de los jugadores más eficaces en esta superficie, mantuvo el pulso en el primer set, pero el equilibrio se rompió en el duodécimo juego. ¿Qué sucedió? Que con 30-15 a favor, el norteamericano encadenó cuatro errores consecutivos, incluido un revés a la red que entregó el parcial a Sinner. A partir de ese momento, el italiano se adueñó del partido con la autoridad que lo caracteriza: ganó el 89 % de los puntos con su primer servicio, no concedió bolas de quiebre y cerró el encuentro con un ace después de una hora y 40 minutos.
Pero no solo fue la apabullante dominación de Sinner sino que, en la segunda manga, Auger-Aliassime mostró molestias en la pantorrilla izquierda y tuvo que ser atendido por el fisioterapeuta. Después de eso, solo logró ganar uno de los últimos nueve juegos antes de rendirse ante la precisión del jugador de San Cándido, que convirtió el Inalpi Arena en su territorio.
A very special place ❤️ Really, really happy to play here again! Grazie 🙏🏻🇮🇹 pic.twitter.com/xgaUzs4UiC
— Jannik Sinner (@janniksin) November 11, 2025
Cifras de récord y una racha histórica
Con la victoria del lunes, Sinner lleva 722 días sin perder en pista cubierta, un registro que lo coloca entre los grandes dominadores del tenis moderno. De hecho, ocho de sus nueve títulos ATP han llegado sobre cemento indoor, la superficie donde mejor expresa su equilibrio entre potencia y control. Podría decirse que es la superficie preferida del tenista italiano...
Además, con sus 27 triunfos seguidos, Sinner ya ha superado marcas de leyendas como Ivan Lendl (22), Novak Djokovic (25) y se acerca al récord de Federer (29). No obstante, en lo más alto de la lista sigue el mítico John McEnroe, con 47 victorias consecutivas bajo techo entre 1978 y 1987.
Más allá de los números, Sinner transmite una sensación de autoridad que recuerda a los años de dominio del propio Federer. Su tenis es limpio, veloz y tácticamente impecable. Además, apenas concede margen al rival, algo que convierte sus partidos en una demostración de eficacia más que de épica.
Zverev, el próximo obstáculo
El siguiente paso para Sinner será medirse a Alexander Zverev, el jugador que más cerca ha estado de inquietarlo esta temporada. Concretamente, en la final del torneo de Viena, el alemán logró arrebatarle un set, aunque terminó cayendo en tres parciales. En su último cara a cara, en las semifinales de París-Bercy, Zverev arrastraba una torcedura de tobillo, pero esta vez llega con mejores sensaciones.
El encuentro promete ser intenso: el alemán busca su tercera clasificación consecutiva a las semifinales del Masters, mientras Sinner aspira a hacerlo sin perder un solo set, algo que ya consiguió en la pasada edición.
Objetivo: cerrar la temporada perfecta
El italiano afronta el torneo como su última cita del año, tras renunciar a la Final 8 de la Copa Davis en Bolonia. Con el título del año pasado todavía fresco y dos Ensaladeras ya conquistadas con Italia, Sinner ha decidido poner el broche final a una temporada sobresaliente en casa y ante su público. "Quiero terminar el año en Turín jugando mi mejor tenis", comentó antes del debut. Y lo está cumpliendo.
A sus 23 años, Jannik Sinner se ha consolidado como el heredero natural de la generación dorada del tenis y, bajo techo, como su nuevo soberano. En un circuito que todavía busca el relevo de Federer, Nadal y Djokovic, el italiano parece haber encontrado el espacio donde brilla con más fuerza: la pista cubierta, donde nadie ha logrado detenerlo desde hace casi dos años.

