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EEUU admite el riesgo de caer en la insolvencia o la "hiperinflación"

El endeudamiento público de EEUU es "insostenible", según el Congreso. De seguir por esta senda, la deuda superará el 100% del PIB y el déficit el 10% anual de forma sostenida. Un desequilibrio que amenaza con generar hiperinflación y pone en riesgo la solvencia misma del país.

La Oficina Presupuestaria del Congreso de EEUU (CBO, en sus siglas en inglés) avanza en un reciente informe dos posibles escenarios fiscales a medio y largo plazo que, de materializarse, podrían provocar un grave y prolongado declive económico, así como hiperinflación o la quiebra del propio Estado (default).

La deuda pública de EEUU asciende en la actualidad a casi 7,5 billones de dólares o, lo que es lo mismo, el 51,7% del PIB. Esta cifra hace referencia a la deuda federal en manos de particulares, empresas, gobiernos y otras entidades públicas ajenas al Gobierno de EEUU. Y es que, si a esta cantidad se suma la deuda pública que acumulan los holding intragubernamentales -tales como fondos fiduciarios, rotatorios y especiales-, más de 4,4 billones, la deuda pública total del país roza ya los 11,9 billones de dólares (82% del PIB).

Esos 7,5 billones de deuda pública supone un nivel de endeudamiento superior al registrado durante la I Guerra Mundial y la Gran Depresión de los años 30. Sin embargo, el problema radica en que los rescates públicos, el deficitario sistema de salud pública a través de los programas sociales Madicare y Medicaid, unido al creciente envejecimiento de la población, amenazan con disparar estos ratios de deuda a niveles “insostenibles” a medio y largo plazo, según el citado informe.

Así, de mantenerse el actual nivel de endeudamiento sin que el Gobierno haga nada al respecto, la deuda pública alcanzará el 185% del PIB en 2035, con un déficit público anual superior al 10% del PIB a partir de 2027, según la proyección “alternativa” -la más realista- elaborada por los técnicos de la Oficina Presupuestaria.

De este modo, EEUU superaría la deuda pública récord alcanzada tras la II Guerra Mundial (113% del PIB en 1945).  Según el CBO, tales proyecciones reflejan el mayor escenario de endeudamiento público “jamás observado en la historia de EEUU”.

Para 2019, la deuda “podría alcanzar el 83% del PIB”. Sin embargo, el encarecimiento del coste de la financiación del Gobierno de EEUU podría conducir a “niveles insostenibles” de deuda pública, superando el récord del 113% del PIB para 2026 y alcanzando el 200% para 2038. Y todo ello, debido no tanto a las “fluctuaciones del ciclo económico” sino, sobre todo, al creciente gasto federal en los programas públicos de salud (Madicaid y Medicare) y la Seguridad Social, muy superior al incremento de la recaudación fiscal proyectada para los próximos años.

Si la deuda pública sigue aumentando “los inversores desconfiarán de la solvencia financiera del Gobierno y reclamarán más intereses” para compensar el mayor riesgo de los bonos estadounidenses. De hecho, el CBO incluso advierte de que, llegado un punto, “los prestamistas extranjeros y nacionales no podrán proporcionar suficientes fondos para que el Gobierno cumpla con sus obligaciones". Será entonces cuando el Ejecutivo se verá obligado a “imprimir dinero, subir impuestos, recortar gastos o declararse en quiebra (default)”, añade.

Además, el informe, resumido por el inversor y destacado analista Martin Weiss, señala que el creciente endeudamiento tiene graves efectos sobre la economía: “Reduce el ahorro nacional”; incrementa la necesidad de “crédito exterior”; “recorta la inversión doméstica”; “deprime el crecimiento económico”; y “daña seriamente la economía” en su conjunto.

Según el CBO, la única salida que tiene el Gobierno de EEUU para evitar este escenario pasa por recortar gasto público de forma drástica, subir impuestos, o bien una combinación de ambas. En concreto, este organismo oficial recomienda recortes drásticos del gasto público de forma permanente: un 8,1% del PIB a partir de 2009, del 9,7% en 2020, del 12,1% en 2030 y del 15,5% en 2040.

El riesgo de imprimir billetes

En caso contrario, “el crecimiento de la deuda daría lugar a un círculo vicioso en el que el Gobierno tendrá que emitir cada vez mayores cantidades de deuda para pagar unos mayores costes por los intereses”.

Además, la Oficina Presupuestaria del Congreso llama la atención sobre un riesgo latente: “Teóricamente, una forma de reducir el creciente endeudamiento del Gobierno sería adoptar una política de elevada inflación” mediante la impresión de dinero (monetización de deuda), ya que se reduciría el montante real de la deuda pública.

Sin embargo, tal estrategia de salida tiene graves riesgos. “Si el Gobierno continuara imprimiendo dinero para reducir el valor de la deuda, esta medida podría conducir eventualmente a una hiperinflación (como la de Alemania en los años 20, Hungría en 1940, Argentina en 1980, Yugoslavia en los 90 ó Zimbabwe hoy)”, indica el informe.

Esta política socavaría gravemente la confianza de los inversores en el Gobierno de EEUU y provocaría una fuerte subida de los tipos de interés. El CBO concluye que “imprimir dinero para financiar el déficit” no puede solventar el descuadre de las cuentas públicas (gasto público superior a los ingresos fiscales) y, de hecho, sus efectos serían devastadores sobre la economía nacional.

Crowding out en EEUU

Muy pocas veces un informe oficial pinta un escenario de estas características para la futura economía estadounidense. No obstante, el estudio habla abiertamente de insolvencia financiera del Estado e hiperinflación como riesgos que no se pueden descartar a medio o largo plazo.

Por otro lado, un informe de la FED de mediados de septiembre destaca el efecto expulsión que está provocando ya el aumento de la deuda gubernamental. Al igual que sucede en España, EEUU está siendo azotado por el crowding out. Este fenómeno consiste en que el Gobierno acapara el escaso crédito existente en el mercado y, por lo tanto, estrangula aún más la ya de por sí delicada situación financiera de empresas y familias.

Así, el Tesoro de EEUU recaudó fondos a un ritmo anual de 411.000 millones de dólares en el primer trimestre de 2008 y otros 310.000 millones en el segundo trimestre mediante la emisión de deuda pública.

En 2009, sin embargo, estas cifras se han disparado. El Tesoro ha emitido bonos a una tasa anual de 1,44 billones de dólares en el primer trimestre y casi 1,9 billones en el segundo -seis veces más que el mismo período del año pasado-. Es decir, en la actualidad, el Gobierno que preside Barack Obama, lejos de reducir el gasto, se está endeudando a un ritmo seis veces superior al de 2008.

El aumento de la deuda pública acentúa la restricción de financiación hacia el sector privado. La concesión de nuevos créditos ha desaparecido. De hecho, el crédito a familias y empresas se ha desplomado: 931.000 millones de dólares menos a tasa interanual en el segundo trimestre. El volumen de hipotecas concedidas, según la FED, ha caído en 239.500 millones de dólares en el segundo trimestre respecto al mismo período de 2008, al igual que el crédito al consumo (166.800 millones de dólares menos).

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