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Las calles de Madrid se convierten en el escenario de una persecución de película

Según el atestado policial, las calles de Madrid fueron testigo este miércoles de una persecución de película iniciada después de que uno de los escoltas de Manuel Pizarro detectara un coche que vigilaba a su protegido. Los espías terminaron cortando el paso al escolta y le espetaron "somos del CNI, aparque a la izquierda". La Policía se personó y todos terminaron en la comisaría de Canillas donde levantaron el atestado.

Según el atestado policial, las calles de Madrid fueron testigo este miércoles de una persecución de película iniciada después de que uno de los escoltas de Manuel Pizarro detectara un coche que vigilaba a su protegido. Los espías terminaron cortando el paso al escolta y le espetaron "somos del CNI, aparque a la izquierda". La Policía se personó y todos terminaron en la comisaría de Canillas donde levantaron el atestado.
(Libertad Digital) Esta es una de esas ocasiones en que la realidad parece superar a la ficción. Tras conocer el relato de lo sucedido, es inevitable recordar las habituales secuencias que trufan las películas de gangster, espionajes y persecuciones.
 
Según el atestado policial al que ha tenido acceso Libertad Digital, Manuel Pizarro, presidente de Endesa volvía a ser el protagonista inesperado de la historia. El presidente de la primera eléctrica española regresaba en la tarde de este miércoles a casa tras su jornada de trabajo. Como es habitual, la cohorte de escoltas que le acompaña realizaba todas las rutinas de vigilancia y protección que ahora se ven multiplicadas debido a que nos encontramos en alerta ante el riesgo de un eventual atentado terrorista y a que Pizarro podría ser un objetivo de la banda.
 
Precisamente, una de las tareas de los escoltas de Pizarro es realizar servicios de contravigilancia con un vehículo que siga los pasos del coche que ocupa el presidente de Endesa. Es decir, uno de los escoltas sigue al coche que transporta a la personalidad para reforzar la retaguardia del protegido.
 
Pues bien, en la tarde del miércoles, mientras uno de los escoltas de Pizarro, realizaba estas tareas, observó un vehículo sospechoso que estaba aparcado junto al domicilio del presidente de Endesa. Por prudencia, el escolta esperó a que el coche de Pizarro entrase en el garaje y la puerta de la calle quedase debidamente cerrada. Fue entonces cuando aparcó junto al coche sospechoso, un renault megane azul marino con un ocupante al volante.
 
El escolta se percató de que el sujeto que ocupaba el otro vehículo simulaba estar conversando por teléfono con el móvil en las rodillas y el manos libres activado. Pasados cinco minutos, el Megane dejó el sitio en el que se encontraba estacionado y comenzó a circular. El escolta de Pizarro hizo lo propio y le siguió por las calles de uno de los barrios más céntricos de la capital.
 
Durante este pequeño seguimiento, el escolta de Pizarro fotografió con una cámara digital el coche sospechoso. En pocos minutos el perseguidor se convirtió en perseguido. El renault megane se colocó tras el escolta y comenzó a seguirle por las calles de Madrid. El automóvil de seguridad del presidente de Endesa hizo maniobras evasivas para comprobar que el renault megane le estaba persiguiendo. Era cierto.
 
En seguida  otro coche se unió a la persecución hasta que le cortaron el paso en plena plaza de la República Argentina. Los dos coches se cruzaron delante del escolta impidéndole el paso. Se apearon tres personas y le pidieron la documentación. El escolta se identificó como tal y pidió que los hombres hicieran lo propio. Después de negarse en varias ocasiones, enseñaron una documentación extraña y le espetaron "somos del CNI, aparque a la Izquierda".
 
Entretanto, el escolta había llamado al jefe de seguridad del presidente de Endesa que se personó en el lugar de los hechos para tratar de aclarar lo sucedido. También llamaron a la policía que finalmente acompañó a todos hasta la comisaría de Canillas donde se redactó el siguiente atestado.
 

Pinche aquí para ampliar el atestado policial
 
 
No es la primera vez
 
Los escoltas de Pizarro se vieron obligados a intervenir, una vez más, después de observar movimientos extraños en torno a su protegido, el presidente de la primera eléctrica española. En esta ocasión, los vigilantes han resultado ser agentes de los servicios de inteligencia españoles, el CNI. De momento, este organismo ha asegurado que los agentes realizaban tareas de contraespionaje a un objetivo de otro servicio de inteligencia extranjero y que su presencia junto al domicilio de Pizarro era mera casualidad.
 
Lo que no se conoce aún es si también es fruto de la casualidad que el pasado mes de mayo, el Gobierno se viera obligado a confirmar que unos agentes de la Guardia Civil habían estado siguiendo al presidente de Endesa justo en el momento en el que Zapatero se reunía con Romano Prodi en Ibiza. Una reunión que fue el preámbulo a la entrada de Enel en Endesa que dio al traste con la OPA de E.On.
 
En esta ocasión, el CNI ya ha ofrecido una explicación negando cualquier vinculación entre la presencia de sus agentes junto a la casa de Manuel Pizarro, con un posible seguimiento al presidente de Endesa. Desde el Gobierno, Pedro Solbes aseguraba que el Ejecutivo no tenía nada que ver. Por la mañana, Mesquida, en la cadena SER también decía que los agentes estaban en otro servicio y no vigilando a Pizarro.

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