LD (Europa Press) Frente al 59 por ciento de quienes consideran que las condiciones para adquirir una vivienda empeorarán en los próximos tres años, hay un 17,4 por ciento que opina que sus posibilidades serán iguales y un 10,4 por ciento que prevé una mejora. La encuesta, elaborada en septiembre de 2005 y con una muestra de 1.466 entrevistas, indica que esta tendencia entre las personas con edades comprendidas entre 18 y 34 años se mantiene desde los últimos ejercicios, ya que tres de cada cuatro jóvenes opina que las posibilidades de acceso a un piso han empeorado en los últimos tres años, y sólo un 6 por ciento piensa que han mejorado. El pago mensual de la hipoteca de aquellos jóvenes que cuentan con una vivienda propia se sitúa en 460,8 euros y el plazo de amortización se acerca a los 20 años, mientras que la renta media alcanza los 425,2 euros. En este sentido, el estudio destaca que el 63 por ciento de las personas que viven en una casa en alquiler argumentan que han escogido este tipo de régimen por no poder asumir el pago de una casa.
Entre los problemas "muy importantes" con que se encuentran los jóvenes para el acceso a una vivienda está, en primer lugar, el precio. En concreto, el 90,2 por ciento de este colectivo destaca como obstáculo el precio de la vivienda para acceder a ella, así como los salarios bajos (80,3 por ciento), la falta de empleo estable (78,2), la escasez de la superficie adecuada a sus necesidades (38,2) y por último la insuficiente oferta de viviendas en alquiler (36,2).
La mitad vive con sus padres
Asimismo, cuatro de cada diez jóvenes cree que no podría optar a una Vivienda de Protección Oficial (VPO) por sus condiciones y circunstancias personales y económicas. Este porcentaje se incrementa en el caso de las personas con edades comprendidas entre 30 y 34 años, ya que casi la mitad no se considera candidato para optar a este tipo de vivienda. La mayor parte de los menores de 35 años (51 por ciento) vive en casa de sus padres, aunque la mitad declara su intención de residir en una vivienda independiente y reconocen que necesitarían ayuda o respaldo familiar para la adquisición de una vivienda o pagar el alquiler. A la hora de pensar en esa futura casa, el 90 por ciento prefiere una vivienda en propiedad que en régimen de alquiler, ya que "las rentas son caras y con un pequeño esfuerzo adicional se hacen con su propio piso".
Por contra, el 42 por ciento de los jóvenes afirma vivir en su propia casa (comprada o alquilada) y un 5 por ciento comparte piso con amigos o compañeros. En el caso de las personas que viven de forma independiente de su domicilio familiar, el 48 por ciento reconoce tener una vivienda en propiedad, aunque se encuentra pagando una hipoteca, mientras que un 11 por ciento admite ser propietario de una casa que está totalmente pagada, un 4 por ciento cuenta con una casa por herencia o donación, y 32 de cada 100 declara vivir en régimen de alquiler.
En cuanto a las formas de pago, seis de cada diez declaró disponer de ahorros propios para comprar la casa, y el 51 por ciento contó también con ahorros de su pareja. No obstante, dado que no siempre son suficientes, el 51,7 por ciento recurrió un crédito a entidades bancarias. El 34,9 por ciento dispuso de la ayuda de sus padres o suegros. No obstante, 9 de cada cien cuenta con una casa por la ayuda recibida por parte de la Administración, que en la mayoría de los casos es una vivienda protegida.