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Rajoy ofrecerá "normalidad" a Mas en su visita a Cataluña

Rajoy regresa a Barcelona para un acto institucional. Junto a él, el Príncipe. Para recibirlos, un Artur Mas que plantea abiertamente la secesión.

Con la visita de Rajoy a Cataluña este martes para inaugurar el AVE a Figueras, el Gobierno cree que asesta un golpe, en lo simbólico, al presidente de la Generalidad. Aducen que la primera fotografía entre Mariano Rajoy y Artur Mas no se dará en el palacio de la Moncloa, para abordar el órdago secesionista del segundo, sino en suelo catalán, para inaugurar una de las pocas líneas AVE que verán la luz en la legislatura. Añaden que en la instantánea también estará don Felipe, que ostenta –recuerdan- el título de príncipe de Gerona.

Una fotografía, aseguran en el Ejecutivo, "que dice mucho a los catalanes" por el puñado de mitos con los que creen acaba. El más importante, indican, es que "ellos sólo dan y nada reciben" de las arcas del Estado, y la conexión de la alta velocidad Barcelona-Gerona-Figueras es prueba de lo contrario. Recuerdan, además, los millones de euros aportados vía el Fondo Autonómico de Liquidez o el pago a proveedores. Cataluña es, de hecho, la comunidad más rescatada del conjunto.

Por otro lado, el gabinete gubernamental cree que Rajoy se adelanta a Mas ofreciendo "normalidad" a su primer encuentro, perfectamente estudiado por Fomento y la Delegación del Gobierno en Cataluña. "El Gobierno acude a Cataluña con regularidad, pues es una comunidad más", incide un portavoz autorizado. Y, así, consideran, se quita dramatismo al que estaba llamado a ser uno de los despachos más relevantes del curso político; el de ambos mandatarios -nacional y regional- en Moncloa, que está a la espera de concretar fecha.

"El señor Mas es un presidente autonómico más, y Rajoy ya ha dicho que espera mantener la máxima cooperación entre ambas instituciones", se ciñen oficialmente. No se descarta que el líder autonómico aproveche el encuentro del martes -que incluye viaje en AVE desde la Ciudad Condal- para cerrar el esperado encuentro, si bien Moncloa entiende que con el viaje del presidente éste "se adelanta" en la citada estrategia de normalidad política.

El argumento de Moncloa incluye un punto más de peso: el papel del Príncipe. "Los protagonistas no son Rajoy y Mas, es don Felipe", reseñan. Y sólo basta echar un vistazo a la nota de prensa oficial, cuyo protagonismo se lo lleva "Su Alteza Real", encargado de inaugurar la vía.

Pese a todo, el Gobierno es consciente de que el problema catalán -así lo entiende, tras varios meses, el propio Rajoy, pese a ser un convencido de la vía del diálogo- irá a más a lo largo de los próximos meses, cuando la Generalidad empiece a diseñar una hoja de ruta que llegue al ya anunciado referéndum secesionista.

El ejemplo de que "van en serio" en la protección del marco jurídico, se dice en Moncloa, son los últimos recursos ante el TC. "Y a él irá" la consulta en caso de que se convoque, reseñan. A partir de ahí, los instrumentos en manos del gobierno "son los ya conocidos", en relación a las armas que articula la Carta magna para apartar a un presidente autonómico e incluso anular temporalmente una autonomía.

Rajoy, que en su balance del año insistió por activa y por pasiva en que el camino del diálogo es el único posible, descarta a día de hoy tomar ninguna decisión sensible. Más al contrario, quiere demostrar con actos como el de este martes –su primera visita a suelo catalán desde las elecciones regionales- una normalidad que no convence a algunos de su entorno, que la consideran efímera toda vez que la alianza de CiU y ERC "hace muy difícil", según un ministro, que den marcha atrás en su pulso con el Estado. 

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