Tal día como hoy, 3 de abril, pero de 2009, Libertad Digital llevaba en su portada la última anécdota en la que se vio involucrado el que por entonces era el primer ministro italiano: "La reina Isabel II reprende a Silvio Berlusconi: "¿Por qué tiene que gritar?"". Fue tras la foto oficial de la Cumbre del G-20 cuando Berlusconi intentó llamar en voz alta al presidente de los Estados Unidos: "¡Míster Obama!", algo que no debió gustar mucho a la anfitriona, la reina Isabel II, que se dio la vuelta y le reprendió: "¿Por qué tiene que gritar?".
Un día más tarde, Berlusconi volvió a dar la nota, esta vez en una reunión de la OTAN. El primer ministro italiano captó la atención de fotógrafos y cámaras al ausentarse, por una misteriosa llamada de móvil, de parte de la ceremonia conmemorativa del 60 aniversario de la OTAN, organizada por Francia y Alemania.
Merkel era la encargada de recibir a todos los mandatarios que después cruzarían el puente que une Alemania con Estrasburgo. Pero al bajarse del coche, Berlusconi no llegó a saludarla ya que estaba hablando por su móvil. Le hizo un gesto desde lejos y ésta le indicó que no se preocupara. Quince minutos después su homólogo italiano seguía pegado al teléfono. Se perdió la foto de familia porque, según fuentes diplomáticas italianas, estaba mediando con el presidente turco, Recep Tayip Erdogán, para que apoyara la candidatura de Anders Fogh Rasmussen como secretario general de la OTAN.
Muchos actos y muchas declaraciones de Berlusconi han desatado la polémica. En septiembre de 2011 se superó al llamar "infollable culo grasiento" a Merkel, improperio que conocimos por los pinchazos telefónicos. En cuanto se conoció la noticia, Berlusconi intentó convencer al presidente italiano Giorgio Napolitano para que aprobara un decreto urgente que bloqueara la publicación de esas escuchas telefónicas.
No era la primera polémica que generaba el primer ministro italiano en el país teutón. En el año 2003 comparó a un eurodiputado alemán con un nazi. Fue en el calor de un debate en Estrasburgo cuando Berlusconi le dijo a Martin Schulz: "Yo sé que en Italia hay un productor que está rodando una película sobre los campos de concentración nazi. Le sugiero que usted hiciera el papel de capo. Usted lo haría muy bien".
La incontinencia verbal del primer ministro italiano también la ha sufrido Obama y su familia. Durante la fiesta de inauguración de su partido Pueblo de la Libertad en Milán dijo que Obama y su mujer "están bronceados" porque van a la playa juntos: "Os traigo muchos saludos de un señor bronceado que se llama, que se llama... Barack Obama. Van a la playa los dos porque bronceada también la mujer, Michelle". No era la primera vez que se refería al color de piel del presidente norteamericano. Durante una rueda de prensa en Rusia definió a Obama como "joven, guapo y bronceado". Berlusconi rechazó las críticas entonces y aseguró que en EEUU nadie dio importancia a eso, y añadió: "Yo solo dije que es inteligente, guapo y bronceado. No añadí que es alto porque estaba con Putin y Medvedev, que son como yo".
El ex primer ministro italiano también ha tenido palabras para José Luis Rodríguez Zapatero y su Gobierno. Lo dijo durante una entrevista radiofónica: "Anoche regañé con mucha simpatía a Zapatero, por haber hecho, en mi opinión, un Gobierno demasiado rosa". Berlusconi también consideró en tono jocoso que el presidente español "tendrá dificultad en gobernar" a tantas ministras" ya que en el Ejecutivo había más mujeres que hombres. "Él se lo ha buscado", bromeó.
Lo dice Berlusconi que preparó a actrices y modelos como candidatas de su partido a las elecciones europeas. "Quiero caras nuevas para renovar la imagen del Partido de la Libertad en Italia y en Europa", aseguró el primer ministro italiano en el año 2009. La que por aquel entonces era esposa de ‘Il Cavaliere’, Veronica Lario, aseguró que la candidatura de mujeres bellas en la lista de su marido a las elecciones europeas era "una desvergüenza y una falta de discreción del poder", que ofendía "la credibilidad de todas" las mujeres y que sólo era para "diversión del emperador". Tras las quejas públicas de su mujer, Berlusconi decidió retirar a la gran mayoría de las "bellezas" que pensaba incluir en las listas del PDL.