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La defensa de Pamies califica las acusaciones de "cuestiones de fe"

El abogado de Ballesteros compara al fiscal con Mourinho.

La defensa del exjefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies, acusado por dar el chivatazo al aparato de extorsión de ETA que se produjo el 4 de mayo de 2006 en el Bar Faisán de Irún (Guipúzcoa), ha calificado como "cuestiones de fe que no han sido acreditadas" las tesis de las acusaciones, que solicitan para él hasta 10 años de cárcel.

En la última jornada del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional la letrada de Pamies, María Ponte, ha argumentado que el confidente etarra con el que el exjefe policial se habría encontrado el día del chivatazo "existe", y que la reunión entre ambos, con la que justifica la presencia del inspector José María Ballesteros en el Bar Faisán, "no es ni ficticia ni inventada".

Ponte ha defendido que, en contra de lo sostenido por los peritos de la Guardia Civil, el entonces jefe policial tenía que reunirse personalmente con su confidente porque "la confianza la tenía él y no otra persona". "Queda porque no puede advertir al confidente, ya que no llevaba móvil siguiendo el protocolo de seguridad", ha justificado.

Tras indicar que el exjefe policial tuvo que recurrir a Ballesteros porque el día previsto para el encuentro el jefe de la Brigada en Francia, Alberto León, no podía darle cobertura, la letrada de Pamies ha defendido que la existencia del confidente ha sido avalada por "tres comisarios que no han venido a mentir al plenario ni a hacer un favor o echar una mano a su amiguete Enrique Pamies".

A su juicio, las acusaciones no han conseguido demostrar que Pamies conociera la existencia de una operación policial contra el aparato de extorsión de ETA, lo que imposibilitaría una condena por revelación de secretos. En relación con el delito de colaboración con organización terrorista que se le imputa, Ponte ha dicho que ni el dueño del Faisán, Joseba Elosua, ni el presunto recaudador, José Antonio Cau Aldanur, han sido condenados por pertenencia a la banda.

De igual modo, la abogada de Pamies ha puesto de manifiesto que las llamadas realizadas a través de redes francesas y las inferiores a cuatro minutos no fueron investigadas. "La llamada entre Pamies y Ballesteros no es la única llamada posible", ha defendido antes de poner de manifiesto la "dificultad" que tiene el dueño del Bar Faisán, Joseba Elosua, para "concretar tiempos y espacios".

También ha destacado los "errores en las horas" que, a su juicio, presentaban las actas de vigilancia realizadas por el equipo de investigador, que acarrearían que la cinta grabada a las puertas del bar presentaba un retraso de al menos seis minutos.

De esta forma, ha concluido que a las 11:23, cuando se produjo la llamada entre Pamies y Ballesteros, el dueño del Faisán, Joseba Elosua, estaba en la perfumería de su hija y no en el establecimiento. A partir de este dato, ha lanzado la "hipótesis" de que la verdadera llamada del chivatazo se produjera entre las 11:17 y 11:22, lo que coincidiría con el corte que la cinta de vídeo presentaba a las 11:11 (más los seis minutos de retraso).

Defensa de Ballesteros

El abogado de Ballesteros, José Luis Vegas, ha comparado al fiscal, Carlos Bautista, con el exentrenador del Real Madrid José Mourinho y ha vaticinado que cuando se produzca la absolución de los dos acusados, se preguntará: "¿Por qué, por qué? No entiendo".

"Visualizo una sentencia absolutoria y a los tres días un guión teatralizado por el Ministerio Público y el equipo de investigación en el comienzo del recurso de casación: palabras como '¿por qué?, ¿por qué?, no entiendo' al más puro estilo José Mourinho, ese ganador que sólo se escuchaba a sí mismo y cuando terminaba de hablar mandaba a su segundo a las ruedas de prensa", ha afirmado.

Vegas ha solicitado la absolución de su cliente argumentando que nadie le ha identificado como la persona que pasó el teléfono a Elosua, ha cuestionado que la investigación se encargara al equipo que debería haber evitado la delación y ha criticado que la cinta de videovigilancia que grababa el Bar Faisán fue "manipulada intencionadamente con algún fin".

"El señor Ballesteros no es tonto, el señor Ballesteros ha sufrido mucho. Lleva siete años padeciendo un calvario. Es la única persona a la que se pusieron medidas cautelares, se le empezaron a mostrar unas imágenes muy duras, se le apretó hasta más no poder y se llegó a decir que se le quedaba cara de Amedo. Se le ha faltado el respeto en todo momento", ha expuesto.

De igual modo, ha mostrado su convencimiento de que en el Bar Faisán hubo un chivatazo y que éste tuvo "connotaciones políticas", pero ha recalcado que ni siquiera las acusaciones tienen "claro" que Pamies y Ballesteros fueran sus autores. "Yo sé quién es el estratega y quién el táctico", ha apuntado sin decir quiénes son.

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