Tres expresidentes de la Asociación de Víctimas del Terrorismo han pedido en El Mundo que se esclarezca la gestión que al frente de la misma están llevando su actual presidenta, Ángeles Pedraza, y su mano derecha, el guardia civil procesado Miguel Folguera.
Quien habla más crudo es Luis Portero, hijo del fiscal de Andalucía asesinado por ETA: "Heredamos una etapa difícil. Nos pusimos al frente de la AVT entre 2003 y 2004, y pusimos orden. Y ahora volvemos a las andadas. No entiendo, no me entra en la cabeza, que Ángeles Pedraza no haya fulminado ya a Miguel Folguera. No es víctima. Por ética y estética, no puede estar en este puesto". "La denuncia se centra en tres puntos: posibles alteraciones en las gestiones de las asambleas; actuaciones irregulares sobre la creación de una plataforma de apoyo a la AVT -con posible uso fraudulento de la base de datos- y la posible existencia de una caja B", añade.
Por su parte, José Alcaraz afirma que está apartado "de todo esto" y no quiere "saber nada". En su opinión, "no puede ser que existan sombras de sospecha", y pide "luz y taquígrafos: que se aclare absolutamente todo de lo que se está denunciando". "Yo ya no soy socio de la AVT, ni quiero saber nada. No voy a volver. Algunos se empeñan en decir que estoy detrás de todo lo que se está denunciando y aireando. Nada de nada. Mienten", agrega.
Finalmente, más prudente se mostró Ana María Vidal-Abarca: "Me da muchísima pena lo que está pasando, es muy triste". Además, reclama "mucha, mucha, mucha prudencia a la hora de valorar lo que está pasando".