El Real Madrid y el Atlético jugarán la final de Champions el sábado 24 de mayo, un día antes de las elecciones europeas. Cualquiera de las dos aficiones correrán a la Castellana a celebrar la final en caso de que su equipo sea el ganador; unos a la Cibeles, otro a Neptuno.
Éstas son consideradas espontáneas y ante ello poco tiene que decir la Junta Electoral Provincial. El problema residirá en las celebraciones que quieran llevar a cabo los respectivos clubes tanto esa noche como al día siguiente, en la jornada de reflexión y en la electoral. Por ello, podría dictaminar trasladar estos festejos al lunes.
Los dos han informado ya de sus planes: el Real Madrid abrirá las puertas del Santiago Bernabéu para que sus aficionados vean el partido. Si se alza con la copa, los jugadores llegarían al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas sobre las 2.00 horas del día 25 y se trasladarían en autobús descubierto hasta el Santiago Bernabéu. Desde allí a la plaza de Cibeles para celebrarlo con su afición. Para la noche del domingo 25, a las 21.30 horas, el club madridista ha previsto una celebración en el estadio.
El Atlético también instalará pantallas gigantes en el Vicente Calderón. Si es él el que resulta ganador de la final de la Liga de Campeones, el equipo no participará en ninguna celebración a su llegada a la capital. Todos los actos tendrían lugar en la tarde del domingo.
Lo que definitivamente no se instalará será la pantalla gigante en la Puerta del Sol. "Nosotros, evidentemente, a la vista de la posición de la Delegación de Gobierno no instalaremos la pantalla que teníamos prevista, como es lógico", dijo el presidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González.