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UPyD enfría la negociación con Ciudadanos

Rosa Díez no quiere contestar en público al líder de Ciudadanos, que abogó por un acuerdo electoral global.

Rosa Díez no quiere contestar en público al líder de Ciudadanos, que abogó por un acuerdo electoral global.
Albert Rivera y Rosa Díez tras una reunión | EFE

Las negociaciones con Ciudadanos para un posible acuerdo electoral ni se rechazan ni se dan por concluidas. Sencillamente se seguirá el plan previsto, que incluye otras dos reuniones del grupo de trabajo creado hace casi dos meses y cuyos principales integrantes son el responsable de Regeneración Democrática de UPyD, Andrés Herzog y el diputado de Ciutadans José María Espejo. Esa es la principal conclusión de la reunión ordinaria del Consejo de Dirección de UPyD celebrada este miércoles, dedicada en primer término a analizar la situación tras el 9-N pero en la que era obligado dar respuesta a la oferta pública realizada por Albert Rivera de un pacto global entre los dos partidos para las próximas municipales, autonómicas y generales.

De esta manera, UPyD mantiene lo que considera debe ser el ritmo normal de las negociaciones iniciadas el pasado 23 de septiembre, cuando Rosa Díez decidió romper el veto que durante más de un lustro había impuesto a cualquier acuerdo con Ciudadanos, después de la polémica interna con el principal valedor de esa estrategia, Francisco Sosa Wagner, que poco después abandonó su acta de eurodiputado y la militancia en la formación magenta.

Como viene informando Libertad Digital, no ha sentado nada bien la actitud de Rivera aireando una oferta de pacto cuando sólo se han celebrado dos reuniones del grupo de trabajo conjunto, una en Madrid y otra en Barcelona. Fuentes de UPyD muestran así su enfado: "no es aceptable que Rivera se levante ahora de la mesa cuando ya habíamos comprometido otras dos reuniones. Esto no es una lonja de pescado en la que se subasta algo, se trata de establecer un acuerdo para avanzar en la regeneración de nuestra vida pública y con eso no se juega. En UPyD muchos acabamos de llegar a la política, y no estamos acostumbrados en nuestra vida profesional a estos comportamientos. Rosa Díez está teniendo una gran templanza, pero no es de recibo. Hay que hacer otras dos reuniones para luego salir a hablar a la prensa, no al revés".

Pese al indudable avance que supone la mera existencia de las negociaciones, rechazadas hasta este verano por Rosa Díez en contra de muchos militantes y cargos del partido, así como del padre intelectual de UPyD, Fernando Savater, la situación parece en punto muerto.

Baste comprobar las muy distintas versiones que los implicados dan de esas conversaciones: fuentes de Ciudadanos hablan de "un clima de entendimiento, en el que hemos podido comprobar nuestra gran sintonía ideológica y la semejanza de nuestros programas" mientras que desde UPyD relatan un clima enrarecido. En particular fuentes de la formación magenta señalan como muy espinosos dos asuntos que se pusieron sobre la mesa: la contratación como asesor en la Eurocámara del exdiputado imputado Jordi Cañas, "eso es la vieja política, no hemos venido para eso, no puede ser que comportamientos así salgan gratis" y la presencia en la lista europea de Ciudadanos, en el número 22, del alcalde de Serranillos del Valle, Antonio Sánchez, uno de los detenidos en la Operación Púnica. "Se pusieron muy nerviosos cuando lo comentamos, parece que se conforman con decir que no es militante de Ciudadanos, nosotros no nos quedamos tranquilos".

UPyD pretende, por tanto, parar el balón y pensar bien la jugada, aunque lo cierto es que desde que en agosto pasado un artículo periodístico de Sosa Wagner desatase la mayor crisis interna en la historia de la formación, Rosa Díez ha ido detrás de los acontecimientos. No quería hablar de pacto con Ciudadanos y tuvo que convocar un Consejo Político monográfico sobre el asunto; se pusieron muchas condiciones pensadas para Ciudadanos pero aceptó hacerse la foto con Albert Rivera tras una larga época de desencuentros; se quiso que Ciudadanos votase en contra de Miguel Arias Cañete y no se logró; se quiso apartar a Sosa Wagner de la portavocía del grupo en Europa y el catedrático leonés dimitió y, para colmo de males, su sustituto, Enrique Calvet, pertenece al sector crítico y ha calificado de catastrófica la gestión de la crisis realizada por la presidenta del partido. Por otra parte, el calendario apremia, en medio año hay elecciones municipales y autonómicas, en uno generales y quién sabe si en unos meses unas catalanas anticipadas.

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