La concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, y el responsable de Urbanismo de la ciudad, José Manuel Calvo, comparecieron este miércoles en rueda de prensa para hacer balance del cierre al tráfico de la Gran Vía durante estos días pasados así como para "informar de las actuaciones" futuras que en este sentido pretende realizar el Gobierno dirigido por Manuela Carmena en esta legislatura.
De esto último, poco quedó claro. Según Calvo, el Ejecutivo municipal "está trabajando ya" en un proyecto que permita consolidar una Gran Vía "más amable, más cercana, más humana". ¿Y cómo se hace eso? El Gobierno de Ahora Madrid aún no lo tiene claro. Todavía se está estudiando si en esta arteria principal de la ciudad regirán los "criterios estrictos" que se aplicarán en la gran Área de Prioridad Residencial (APR) del distrito Centro, que se pretende poner en marcha durante esta legislatura, o si habrá más flexibilidad.
Lo único que avanzó el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible fue que este año el Ayuntamiento acometerá obras para que no haya diferenciación entre la calzada y las aceras (eliminando los bordillos), que estarán a la misma cota, y situará bolardos que faciliten la apertura "flexible" de uno o dos carriles por sentido en función de las necesidades del tráfico. "El grado de civilización de una ciudad se mide por la altura de sus bordillos", apuntó.
Lo que sí descartó José Manuel Calvo es que vayan a tener en cuenta la idea propuesta por Esperanza Aguirre de crear un túnel que conecte Cibeles con Plaza de España. "Nosotros apostamos por reducir el tráfico, no por desviarlo. Queda como una de esas ocurrencias, en este caso de la señora Aguirre, que tendrá que explicar a cuento de qué viene esa propuesta en un Madrid moderno".
Tampoco quedó claro cómo y cuándo se hará esa consulta ciudadana sobre la Gran Vía que anunció la alcaldesa de la capital.
Balance muy positivo
Respecto a los cortes de tráfico realizados en diciembre y los primeros días de enero, el Ejecutivo de Carmena realiza un balance muy positivo. Según los datos facilitados por Sabanés, se ha detectado que, "tras unas primeras horas de ajuste, el dispositivo especial ha funcionado correctamente", disminuyendo la afluencia de vehículos privados a la zona, y una reducción de la intensidad de vehículos en el área restringida y, en general, en el interior y el perímetro de la M-10 (eje Prado-Recoletos, Rondas y Bulevares). Así, en la Gran Vía ha habido una disminución del "43% de vehículos". En la Cuesta de San Vicente "la disminución media ha sido de un 20%, si bien en determinados días, como el 5 y 12 de diciembre, ha llegado hasta el 47% menos de vehículos". Mientras, en la calle "Princesa el valor medio ha disminuido hasta el 25%"; en el Paseo del Prado "ha sido de un 12%" y en el Paseo de Recoletos "de hasta un 13%".
También, según Sabanés, "se ha observado una afluencia peatonal muy elevada, previsible en estas fechas, que ha llevado a ciertas dificultades de circulación en la propia Gran Vía en algunos momentos, pese a la reducción de carriles, y al corte total de la calle Mayor en otros".
Sin embargo, la edil de Ahora Madrid no ofreció ningún dato concreto sobre la "afectación" que estos cortes de tráfico han tenido para los comerciantes de la zona. "Los datos que tenemos nosotros no son oficiales", se excusó, si bien hacen "valoraciones distintas": en algunos casos "muy positivas, en otros neutra"…