Las esperanzas se disipan y la negociación ya está en marcha. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, han vuelto a hablar telefónicamente esta mañana tras la respuesta del Gobierno a la carta enviada por el presidente catalán, Carles Puigdemont. Sin marcha atrás de Puigdemont y sin visos de que pueda tener lugar el jueves, se ha acordado pasar al siguiente escenario: la respuesta dentro de tres días a la posición "inadmisible" de que Puigdemont da por buena una declaración de independencia.
Respuesta que llegaría en forma de un 155 "lo más limitado posible", explican fuentes socialistas, que persigue "reconstruir el autogobierno de Cataluña". Es el también llamado 155 "quirúrgico" que adelantaron fuentes socialistas a Libertad Digital y que únicamente contemplaría la sustitución del presidente del gobierno catalán en su competencia exclusiva –según le otorga el Estatut– para la convocatoria de elecciones.
Ni gobierno de concentración, ni gobierno de tecnócratas, ni ministro para Cataluña –se hablaba de Josep Piqué o Josep Borrell, algo que descartan de plano en Ferraz porque levantaría ampollas en el PSC–... y tampoco suspensión de la autonomía.
Según el portavoz de la Ejecutiva, Óscar Puente, "la autonomía como tal difícilmente puede suspenderse", sólo "se pueden suspender a los gobernantes, a los órganos de gobierno".
Y en eso están Gobierno y PSOE, según explican fuentes socialistas, una suspensión del presidente catalán para convocar unas elecciones que "será la forma de que el pueblo catalán recupere el control de su Gobierno", añadió Puente. Sea la que sea, la respuesta será "consensuada" entre PP y PSOE, tanto en "las medidas como en los plazos" que incluso podrían conocerse este mismo jueves.
La preocupación es notable en la sede socialista donde reconocen que recurrir al 155 "es un drama" y aseguran con conocimiento y contundencia que "ni Mariano Rajoy quiere aplicarlo" porque hay que "ser conscientes" de que podría haber boicot y revueltas callejeras: "estamos hablando de disolver el parlamento de Cataluña". Precisamente esta resistencia y este temor es el que explica que PP y PSOE estén dispuestos a todo con tal de evitarlo, incluso a perdonar a Puigdemont, si éste hace borrón y cuenta nueva.
"Si Puigdemont quiere dialogar tiene una oportunidad. Todo el mundo quiere dar un margen al entendimiento y al diálogo. Si retorna a la legalidad, hay una oportunidad al diálogo. Si no, lo que propone es un monólogo", subrayó el portavoz del PSOE tras enfatizar que "nadie quiere aplicar el 155" pero "nos preguntamos si el señor Puigdemont nos deja otra salida".