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Valls creará un partido para constituir la coalición con Ciudadanos

La fórmula permite optimizar la financiación y los espacios electorales, pero abre la puerta a una confluencia naranja, siempre temida por Rivera. 

La fórmula permite optimizar la financiación y los espacios electorales, pero abre la puerta a una confluencia naranja, siempre temida por Rivera. 
EFE

En España existen tres posibilidades legales para concurrir a unas elecciones. La primera y más frecuente cuando una formación, registrada oficialmente en el ministerio del Interior, concurre con sus siglas, la segunda una agrupación electoral y la tercera una coalición electoral. Esta última fue, por ejemplo, la fórmula elegida por Pablo Iglesias en 2016, cuando cerró con Alberto Garzón el acuerdo con IU, que cristalizó en Unidos Podemos. Será también la que ampare la candidatura de Manuel Valls al Ayuntamiento de Barcelona.

Tras estudiarlo detenidamente, el equipo del ex primer ministro francés y los responsables de Ciudadanos, partido que desde el principio ha respaldado su aspiración de convertirse en alcalde de su ciudad natal, han llegado a la conclusión de que se trata de la mejor manera de competir en las municipales de mayo de 2019 en la Ciudad Condal.

Así, Valls podrá beneficiarse de los espacios electorales gratuitos a los que Ciudadanos, como tercera formación en las elecciones de 2015 por detrás de Barcelona en Comú y CIU, tiene derecho, así como a la financiación de la campaña, que según fuentes de la formación naranja asumirán íntegramente los de Albert Rivera. Lo que ocurre es que, por pura lógica, una coalición deben integrarla al menos dos partidos. Por ello, Valls y su equipo registrarán próximamente en Interior una nueva formación.

¿La primera confluencia naranja?

Se trata de una maniobra aparentemente instrumental, simplemente con el objetivo de cristalizar la coalición, pero que a la larga podría consolidar un contrapoder o confluencia autónoma dentro del espacio constitucionalista.

Rivera siempre ha presumido de no albergar en su seno ese tipo de estructuras, habituales en Podemos o en el socialismo, donde el PSC es un partido aliado pero independiente estatutariamente del PSOE. Una prueba evidente de que la candidatura de Valls es tan potente que bien vale hacer una excepción, pues fuentes muy próximas al líder naranja confirman que la fórmula no se repetirá en ninguna otra candidatura municipal.

Por lo demás, las negociaciones van despacio. "Hemos acordado no hablar de listas, de momento" afirma una persona de la Ejecutiva de Ciudadanos, que no se muestra preocupado por la presencia o no de "candidatos naranja pata negra" en la lista que se configure finalmente. Lo importante, señala este dirigente, es que en esa candidatura se integren personas con capacidad de ejercer responsabilidades de Gobierno a nivel municipal. En ese ámbito, a diferencia de lo que ocurre con el Gobierno de España o los autonómicos, es imprescindible ser concejal para formar parte del Ejecutivo.

Sin prisas por negociar la lista

Como adelantó Libertad Digital, lo que es seguro es que la actual portavoz en el Ayuntamiento de la Ciudad Condal, Carina Mejías, no estará en esa lista, como ella misma le confirmó este viernes al secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, en una reunión mantenida este viernes en Madrid. Tampoco acompañará a Valls, pese a ciertas especulaciones, el ex ministro socialista y ex militante del PSC, Celestino Corbacho, quien tras abandonar a los socialistas catalanes ha respaldado a España Ciudadana, la plataforma que desde hace meses impulsa Rivera.

El camino de Valls y Ciudadanos, anunciado por primera vez el pasado abril, está siendo lento. El candidato ya está ejerciendo como tal, aun en precampaña, con una intensa agenda mediática que también obligará a armonizar el discurso con el cuartel general naranja, máxime cuando la campaña se prevé como un duelo entre los partidos separatistas y los constitucionalistas por otro lado.

Este mismo viernes, el discurso de Valls en una entrevista en Onda Cero, en la que trataba de aproximar posturas con su antiguo correligionario, Pedro Sánchez, contrastaba con una rueda de prensa que poco después celebrara en el Congreso Villegas, en la que subía el tono, más incluso de lo que en él es habitual, contra el presidente del Gobierno. El número dos de Ciudadanos acusaba a Sánchez de poner por delante su interés por seguir disfrutando del Falcón y del helicóptero presidencial a la defensa de la soberanía nacional frente al desafío secesionista de Quim Torra.

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